María Luisa Santillán / Ciencia UNAM
A finales de 2019 se notificó el primer caso de Covid-19 en la ciudad de Wuhan en China. Para el 11 de marzo del 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la enfermedad ya se había esparcido por varios países y podía caracterizarse como una pandemia.
Más de tres años después de ese anuncio, el 5 de mayo de 2023, la misma OMS declaró que “el coronavirus SARS-CoV-2 ya no es una emergencia pública internacional, lo cual no significa que el COVID- 19 haya dejado de ser una amenaza para la salud pública”.
Esta decisión fue tomada porque el número de muertes y de enfermos por Covid-19 disminuyó en todo el mundo, pero no deja de ser una enfermedad que se quedó con nosotros y tenemos que seguir teniendo cuidado, destaca la doctora Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Hasta el momento (16 de junio 2023) se ha notificado la muerte de alrededor de 7 millones de personas a causa de esta enfermedad, aunque se considera que esta cifra pudiera llegar a los 20 millones, y aunque se dejó de clasificar como emergencia sanitaria, la vigilancia se mantiene. Se calcula que cada tres minutos se muere en el mundo una persona por Covid-19.
Desarrollo de la enfermedad
Cuando la OMS declaró que Covid-19 era una pandemia mundial fue porque la enfermedad se propagó por distintos países del mundo, es decir, de haber surgido en China, por el tránsito que hay entre naciones logró llegar a otros lugares. Así se dio su primera expansión.
Posteriormente, en cada nación a donde llegaba se transmitía entre la misma población, es decir, en personas que no necesariamente habían viajado, sino que los contagios ya eran más locales.
Empezaron a surgir miles de casos todos los días y se presentaron lo que se llamó “olas”, es decir, picos epidémicos más fuertes en ciertas épocas del año, que llegaban a coincidir con la aparición de nuevas variantes del virus como Delta, Alfa, Ómicron.
Aún la OMS no descarta por completo que volvamos a tener un nuevo pico de la enfermedad, sin embargo, en la actualidad al haberse estabilizado y al disminuir el número de infectados también ha bajado la probabilidad de que surjan nuevas variantes, aunque no a cero.
“Esto no significa que el virus haya desaparecido ni va a desaparecer, hay muchas personas que todavía no se han enfermado ni vacunado y entonces son susceptibles, pero ya la gran mayoría de la población tiene un cierto grado de protección”, explica la doctora López Charretón.
Desde que hizo su aparición a la actualidad este virus ha tenido distintos cambios en su secuencia genómica, lo cual ha sido en parte porque se ha adaptado muy bien, explica la universitaria. Se sabe que fue aislado, inicialmente de un animal silvestre, pero cuando llegó al humano, en un salto zoonótico, logró adaptarse y replicarse en las personas, lo cual propició su propagación.
Lecciones aprendidas
Con base en la experiencia que se ha tenido en otras pandemias en el mundo, hoy se sabe que no se puede predecir el curso de éstas y que la destrucción de los ecosistemas ha permitido que se den zoonosis, es decir, enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos.
Hoy, después de tres años, el mensaje que nos deja esta pandemia, de acuerdo con la investigadora, quien obtuvo el Premio L’Oreal-UNESCO “La mujer en la ciencia 2012”, es que no se puede descuidar la investigación científica en ningún área, pues este momento histórico que vivimos nos mostró que es necesario el trabajo de vacunas, en el desarrollo de diagnósticos, de material quirúrgico, así como médico y de protección.
“Tenemos que volvernos suficientes científica, técnica y metodológicamente y también estar preparados. Ahora hay muchas iniciativas en la Organización Mundial de la Salud y de muchas otras instituciones de empezar a estar pendientes de brotes de animales en muchas partes para poderlos predecir”.
Entre las cosas que aprendimos fue que debemos cuidarnos, y poner atención a recomendaciones de salud que son muy sencillas, como el lavado de manos, el uso de cubrebocas y no salir a la calle si estamos enfermos.
Además, explica, se debe ser crítico con la información que obtenemos, ya que durante esta pandemia también abundaron las fake news en torno a métodos para cuidarse, de tratamiento, sobre las vacunas o de la misma existencia de la enfermedad.
“Es un virus que ahorita ya se queda con nosotros, las instancias sanitarias, tendrán una vigilancia de la población”, concluye la doctora Susana López Charretón.