Palestra / Zenit
Cada año la Iglesia pide el Óbolo de San Pedro en ocasión de la fiesta de San Pedro y San Pablo, patrones de la Diócesis de Roma –la circunscripción eclesiástica de la cual el Papa es Obispo–.
Se trata de una ayuda económica que los católicos de todo el mundo destinan personalmente al Papa para que este tenga de dónde ayudar a la Iglesia universal, especialmente obras de caridad a favor de los más necesitados y para cubrir gastos relacionados con la operación de la Santa Sede.
El pasado mes de junio de 2023 el Óbolo de San Pedro transparentó sus cuentas de ingresos correspondientes al año 2022. Los ingresos ascendieron a 107 millones de euros. Ese mismo año las salidas de dinero fueron de 95,5 millones de euros. Eso supone un saldo restante a favor de 11,5 millones de euros.
Durante 2022 el Óbolo recibió 43,5 millones de euros de cuatro fuentes de donaciones que se explican más adelante. La otra parte, 63,5 millones de euros, provienen de réditos financieros.
Por cuanto refiere un informe al que ha tenido acceso ZENIT, el fondo del Óbolo de San Pedro se compone de 1) las limosnas recogidas en todas las diócesis del mundo en ocasión de la fiesta de San Pedro y San Pablo; 2) de los donativos que se reciben directamente online a través de tarjeta de crédito, con giros bancarios o postales o herencias a favor del Papa.
El Óbolo clasifica del siguiente modo los ingresos por donaciones: 1) diócesis, 2) privados, 3) órdenes religiosas y 4) fundaciones.
El informe de 2022 refleja que del total de donaciones recibidas los porcentajes por clasificación quedan de la siguiente manera:
diócesis: 63% (27,4 millones de euros)
fundaciones: 29% (12,6 millones de euros)
privados: 5,5% (2,4 millones de euros)
órdenes religiosas: 2,5% (1,1 millones de euros)
Eso da un total de 43,5 millones de euros.
¿Cuáles son los países que más donan al Papa?
De acuerdo a datos del Óbolo de San Pedro, los países que a 2022 más donan al Papa son:
Estados Unidos de América: 25,3% (11 millones de euros)
Corea del Sur: 8% (3,5 millones de euros)
Italia: 6,7% (2,9 millones de euros)
Brasil: 3,4% (1,5 millones de euros)
Alemania: 3% (1,3 millones de euros)
Francia: 2,8% (1,2 millones de euros)
Irlanda: 2,1% (900 mil euros)
España: 1,8% (800 mil euros)
México: 1,4% (600 mil euros)
Eslovaquia: 1,1% (500 mil euros)
La suma de los donativos de los católicos de estos diez países supone el 68,5% del total de donativos, es decir, 29,8% del total.
Otras entradas (por ejemplo gestión de bienes) y en qué se gasta el dinero
Hay un concepto llamado «otras entradas» y también por ahí el Papa recibe donativos para las obras de caridad. De hecho, suponen una buena entrada. Parte de esos ingresos provienen de la gestión de las propiedades que tiene la Santa Sede, por ejemplo, es decir, de su patrimonio.
La colecta del Óbolo de San Pedro está destinada a sostener los dos ámbitos principales de la misión universal del Santo Padre: financiar 1) las numerosas actividades de servicio llevadas a cabo por los dicasterios, entidades y organismos de la Santa Sede que le asisten cotidianamente, y 2) promover iniciativas de caridad y solidaridad en favor de los más necesitados.
Durante el año 2022 se desembolsaron 93,8 millones de euros del Fondo del óbolo, de los cuales 43,5 millones procedían de donaciones recibidas en 2022, mientras que el resto (50,3 millones de euros) procedía de ingresos por gestión de bienes.
A continuación se detallan las contribuciones desembolsadas:
– 77,6 millones de euros sirvieron para sostener la actividad desarrollada por la Santa Sede a nombre del Papa
– 16,2 millones de euros fueron destinados a proyectos de asistencia entre los más necesitados
El informe al que tuvo acceso ZENIT muestra con más detalle en qué se emplearon esos 16,2 millones:
1) proyectos sociales en Ucrania (sostenimiento de la población golpeada por la guerra), Chad (ayudas a la población afectada por las inundaciones), Egipto (sostén para un programa de jóvenes), Perú (Construcción del Centro Médico San José), Haití (construcción de dispensarios de maternidad y pediatría), India (asistencia sanitaria y alimentaria por el COVID-19) y Vietnam (reconstrucción de escuelas);
2) proyectos de evangelización en Malawi (formación de religiosas), Venezuela (institución del seminario propedéutico Mons. Constantino Maradei), Guinea (realización del Centro Misionero en la diócesis de Kankan), Togo (sostenimiento para la formación de los miembros del Consejo litúrgico) y Tanzania (formación para mujeres en la parroquia San Juan Bautista en la arquidiócesis de Mbeya);
3) y conservación de la presencia evangelizadora de la Iglesia en Brasil (construcción de dos capillas para comunidades indígenas en la diócesis de Alto), Bangladesh (construcción de la catedral de Sylhet), Pakistán (ayuda para terminar la iglesia parroquial en L. Okara), Congo (reestructuración de la iglesia reina de la paz y santa María mediadora) y Ángola (construcción de la iglesia parroquial San Miguel en Nacova);
Finalmente, las ofrendas de los fieles al Óbolo de San Pedro están destinadas a apoyar la Misión Apostólica del Santo Padre, que se extiende por todo el mundo: desde la predicación del Evangelio hasta la promoción del desarrollo humano integral, desde la formación de sacerdotes hasta la educación en todos los niveles, desde la actividad diplomática en apoyo de la paz hasta el constante llamado a la fraternidad entre los pueblos, desde la transmisión de la Voz del Papa en todo el mundo hasta las necesidades del culto y la organización interna de la vida de la Iglesia. Para respaldar todas estas tareas y compromisos, existe la actividad diaria de servicio de los dicasterios, instituciones y organismos de la Santa Sede en apoyo de la Misión Apostólica del Santo Padre, que en gran parte es posible gracias a las donaciones al Óbolo de San Pedro.
Con el único propósito representativo, de hecho, los diversos dicasterios, instituciones y organismos de la Santa Sede se dividen en tres grupos:
instituciones que brindan servicios y administración,
instituciones que gestionan el patrimonio y
instituciones que apoyan la Misión Apostólica del Santo Padre.
En 2022, los gastos totales de los 70 dicasterios, instituciones y organismos del grupo de apoyo a la Misión Apostólica del Santo Padre ascendieron a 383,9 millones de euros, de los cuales 77,6 millones de euros (20%) fueron cubiertos por el Óbolo.