Dom. Nov 24th, 2024

Elizabeth Owens / Zenit

El domingo 20 de agosto fue el plazo marcado por el Delegado Pontificio enviado por el Papa Francisco a India para “arreglar” la situación creada en la más grande de las diócesis católicas de rito siro-malabar tras la adopción, hace dos años, de una reforma litúrgica no compartida por todos. En sólo 6 de las 325 parroquias de la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly se celebró la santa misa con el rito unificado, aprobado por el Vaticano, tras el últimatum del obispo Cyril Vasil, enviado personal del Papa para poner remedio a la situación en India.

Días atrás, el Delegado Pontificio había indicado que si para el domingo 20 de agosto no se celebraba la misa según el rito unificado los sacerdotes incurrían en delitos canónicos. El clero local, apoyado por los laicos, se mantuvo en su postura. De hecho, en al menos un par de las 6 iglesias que acataron el ultimátum del Delegado Pontificio los católicos abandonaron la misa apenas constatar que los sacerdotes la celebraban según el rito unificado.

Al menos un centenar de feligreses acamparon desde muy temprano en la catedral de Santa María, iglesia primada de la arquidiócesis, para no permitir que nadie celebrase la misa allí. “No se puede celebrar la misa en medio de tanta tensión”, dijo el P. Antony Puthavelil, rector de la basílica.

Por su parte, tanto la web de la iglesia siro-malabar como la de la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly hicieron publicaciones señalando que el único rito permitido era el unificado.

Este conflicto, que dura ya dos años, ha visto la dimisión del arzobispo Antony Kariyil, quien renunció por no poder implementar el rito unificado. Para sucederlo en la guía de la arquidiócesis el Papa Francisco nombró a Mons. Andrews Thazhath. Fue él quien pidió la ayuda de la Santa Sede al tampoco poder implementar el nuevo rito. El Papa envió a Mons. Cyril Vasil, quien fue recibido a huevazos y otras contestaciones.

Vasil, quien es jesuita, ha sido contestado también por jesuitas de India. El ex presidente de la Conferencia Jesuita del Sur de Asia declaró a medios locales el sábado 19 de agosto que parecía “convertir la Eucaristía en un arma con su última advertencia sobre la liturgia siro-malabar bajo el disfraz de obediencia». E invitó a su hermano jesuita a comprometerse con los católicos locales. En declaraciones a Matters India el sacerdote jesuita Sanislaus Alla, profesor de Teología Moral de la Facultad de Teología Vidyajyoti de Delhi, señaló que las acciones del obispo Vasil “revela explícitamente que el uso de la ‘autoridad’ en la Iglesia se ha vuelto central”. Y añadió: “Esperaba que el arzobispo Vasil viniera a escuchar, con reverencia y respeto, a los diversos electores, a hacer un informe, verdaderamente fundamentado en el espíritu de sinodalidad, y a presentarlo al Santo Padre. Casi no veo que se lleven a cabo ninguno de ellos”.

Siendo la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly la más numerosa de la iglesia católica siro-malabar, con medio millón de fieles, es también la que se ha puesto en riesgo inminente de cisma.