Palestra / Vatican News
El techo de una iglesia colapsó este domingo durante una ceremonia en Ciudad Madero, en el norteño estado mexicano de Tamaulipas, durante la misa comunitaria en la que personas de todas las edades se habían reunido para celebrar el bautismo de sus hijos, provocando el fallecimiento de al menos nueve personas y cerca de medio centenar de heridos, según informaron las autoridades locales. El suceso fue tan repentino que no dio tiempo a que evacuaran el lugar. El accidente se produjo alrededor de las 15:30 horas (21:30 GMT). Todavía se desconocen las causas del derrumbe.
Con profundo pesar el Obispo de Tampico, Monseñor José Armando Álvarez Cano, comunicó el trágico evento, lamentando la dolorosa pérdida de personas y rogando al Señor por su eterno descanso y el consuelo de sus familiares. En oración por la pronta recuperación de las personas que han sido rescatadas, expresó la firme la esperanza de que sean rescatados con vida las personas que aún se encuentran atrapadas bajo los escombros. A las personas que están cerca del lugar, en un videomensaje publicado en las redes sociales de su diócesis,pidió también acercarse a colaborar con lo que se está solicitando.
Agradecimiento también expresó el obispo a las autoridades e instituciones por su solidaridad, el testimonio de generosa caridad de la comunidad diocesana y de personas de buena voluntad, así como a la Conferencia del Episcopado Mexicano y a la Nunciatura Apostólica por su oración y sus muestras de solidaridad y cercanía.
El episcopado mexicano, en su comunicado, ha pedido a toda la Iglesia de México ofrecer sus intenciones en las Misas y elevar una plegaria de oración por los hermanos de Ciudad Madero; de manera particular, ha pedido rezar un Padre Nuestro y un Ave María. “En este momento de dolor y luto, elevamos nuestras plegarias al Altísimo para que derrame su consuelo y paz sobre las almas afectadas y sus familias” han escrito los obispos.
La Iglesia – se lee en el comunicado firmado por el presidente de la CEM, Monseñor Rogelio Cabrera, y el secretario general, Monseñor Ramón Castro Castro – es una comunidad de fe, amor y apoyo mutuo, y en estos momentos difíciles, nos unimos como un solo cuerpo para expresar nuestra solidaridad hacia todos los que han sufrido por esta tragedia. Pedimos al Señor que les otorgue fortaleza para sobrellevar este difícil camino de duelo y sanación”.