Palestra / ONU
El estudio La urgencia de la recuperación educativa en América Latina y el Caribe, publicado por la Oficina Regional Multisectorial de la UNESCO en Santiago y lanzado en la reunión extraordinaria de ministras y ministros de educación “Ministerial de Educación: Santiago 2024”, puntualiza la magnitud del retroceso educativo causado por la COVID-19 en sus diferentes dimensiones, y afirma que, si los países no adoptan una respuesta sistémica e integral, las consecuencias de la crisis afectarán por muchos años el aprendizaje del estudiantado de la región.
Este nuevo documento de la UNESCO ofrece una radiografía actualizada de los sistemas educativos en la región en los años posteriores a la pandemia, con foco en las dimensiones más afectadas.
El reporte reconoce que los gobiernos han realizado grandes esfuerzos para poder responder a los desafíos de la crisis educativa ocasionada por la pandemia, cuyos resultados se reconocen en la rápida recuperación en 2022 de algunos indicadores clave, aunque persisten deudas históricas en términos de aprendizaje, equidad, y logros educativos. Pese a estos esfuerzos materializados en una variedad de acciones de política pública, en la mayoría de los casos no ha tenido un enfoque integral, sistémico y coordinado. Por ello, la recuperación de aprendizajes sigue siendo una cuenta pendiente.
Conclusiones
El documento muestra cuáles han sido los efectos más graves de la pandemia, que han impactado en las oportunidades de los niños, niñas y adolescentes de asistir a la escuela y aprender, en un contexto previo preocupante donde los resultados en la región no muestran señales de mejora en la última década. Actualmente hay 9,6 millones de niños, niñas y adolescentes fuera de la escuela, y muchos de ellos abandonaron temporalmente o permanecieron escasamente vinculados con la escuela durante el 2020. Uno de cada tres jóvenes no finaliza la educación secundaria alta, nivel educativo considerado por el ODS4 el piso mínimo para un crecimiento sostenible con igualdad.
Los datos revelan que durante la pandemia ha habido una caída en las tasas de asistencia en todos los niveles educativos, sobre todo en 2020, con mayor afectación en la educación preprimaria. Sólo en ese nivel la asistencia se redujo del 86,2% al 79,2% entre 2019 y 2020, en el promedio de los países. A estos valores se suman los que estuvieron escasamente vinculados con las propuestas educativas durante el período del cierre de escuelas. Esto ocurre junto con un incremento de las desigualdades, lo que indica un mayor impacto en las poblaciones más vulnerables.
Los resultados de las evaluaciones muestran resultados dispares, con una mayoría de países que manifiestan un retroceso en los niveles de aprendizaje de magnitudes variables. Complementariamente las evaluaciones internacionales revelan que los desempeños de los estudiantes de la región son bajos en relación con otros países del mundo, y no muestran mejoras en la última década: poco más de la mitad de los estudiantes de 3er grado de primaria alcanzan niveles mínimos de competencia, y se observa un declive en sexto grado. Para secundaria baja, apenas un tercio logra niveles mínimos de competencia en matemática, resultados que se mantienen constantes al menos desde el 2015.
También se reconoce la situación de poblaciones afectadas por desigualdades históricas que se reflejan en el acceso y calidad de la educación que reciben (en situación de pobreza y extrema pobreza, poblaciones indígenas, población rural), a las que se suman otros grupos para los que no hay estimaciones regionales, como personas en situación de movilidad humana o con discapacidad. Pese a que los gobiernos han impulsado múltiples acciones para enfrentar estas adversidades, el diagnóstico indica que se han acrecentado las deudas en aspectos clave de cumplimiento del derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes.
Dentro de los temas prioritarios de atención que el documento subraya, también se alerta sobre la importancia de trabajar en el bienestar socioemocional de las comunidades educativas. La UNESCO llama a continuar fortaleciendo las estrategias, planes y programas para el acompañamiento y la contención emocional dentro de ellas.
Para la directora de la Oficina Regional Multisectorial de la UNESCO en Santiago, Claudia Uribe, este informe es clave para fortalecer una hoja de ruta con planes y programas educativos que permitan atender con mayor urgencia a la población en situación de vulnerabilidad en la región. En ese sentido, hacemos un llamado a “realizar acciones de recuperación de aprendizaje desde una perspectiva integral, evitando recaer exclusivamente en acciones puntuales y de corto alcance. Para ello, es fundamental potenciar las capacidades estatales de gobernanza y aumentar los presupuestos educativos” afirmó.
Recuperar y acelerar los aprendizajes
A pesar de los esfuerzos de múltiples acciones de políticas públicas educativas, la recuperación de aprendizajes sigue siendo una deuda abierta. Con este desafío, la UNESCO propone desarrollar un marco de recuperación y aceleración de los aprendizajes en América Latina y el Caribe que incluya los ejes de inclusión educativa, mejora de los aprendizajes, fortalecimiento de la docencia y de las capacidades de gobernanza y financiamiento de los sistemas educativos de la región. Este es el principal desafío que enfrenta hoy América Latina y el Caribe. Es fundamental potenciar las capacidades estatales de gobernanza sistémica y aumentar los presupuestos educativos, priorizando los recursos para la recuperación de aprendizajes.
Este gran reto no es incompatible con una visión más amplia de la mejora y la transformación de los sistemas educativos para impulsar una visión humanista, científica, sostenible y creativa para enfrentar los desafíos de un mundo en permanente cambio. La recuperación y la transformación de la educación en la región es parte de la agenda urgente para lograr las metas del ODS4 en 2030. En ese camino se definen las condiciones educativas para un mundo más justo, inclusivo y desarrollado en las décadas por venir.