Gaceta UNAM / Ciudad de México
La menopausia es una oportunidad para las mujeres de mirarse a sí mismas y cuidar de su salud, de ello depende cómo vivirán la segunda mitad de sus vidas, consideraron especialistas de las asociaciones de la sociedad civil Sin Reglas y ConAcción Salud, Gabriela Rojas Jiménez y Leticia Aguiar Green, respectivamente.
Al participar en el conversatorio Menopausia: la conversación pendiente, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Gabriela Rojas agregó que en un estudio realizado en Sin Reglas se identificaron 34 síntomas propios de este proceso biológico natural en las mujeres que inicia a los 40 años, entre ellos fatiga, insomnio, dolor en articulaciones, ojo seco, palpitaciones, mareos, piel seca y picazón, resequedad vaginal, infecciones urinarias y caída de cabello.
Pero las mujeres en este periodo sólo identifican tres: bochornos, irritabilidad y malhumor, y les toma año y medio en promedio detectar que viven este proceso, el cual es tabú en nuestra sociedad y en muchas otras en el mundo; hay un estigma y vergüenza asociados, lo que genera una zona de silencio alrededor del tema y evita su acceso al conocimiento y a la salud con perspectiva de género.
Expuso que históricamente este proceso biológico es atendido desde el punto de vista médico; pero, también debe abordarse a partir de una perspectiva biopsicosociocultural, porque su vivencia no sólo depende de la parte fisiológica de las mujeres, sino también de factores externos, como el valor de ellas en una sociedad, además de las actitudes y comportamientos de las personas en una colectividad.
Enfermedades crónicas
Leticia Aguiar resaltó que no hay investigación suficiente para entender la relación ente menopausia y enfermedades crónicas; los estudios al respecto están en proceso, lo que representa áreas de oportunidad en este tema.
Dijo que comprender la menopausia implica una colaboración multidisciplinaria, sobre todo cuando las mujeres padecen una enfermedad crónica; pero en México ese tipo de trabajo no es el común en la atención en el sector salud.
Por último, recomendó que la mujer que se encuentra en esa etapa lleve un diario de sus síntomas y efectos secundarios con el propósito de facilitar la conversación con el médico tratante; lo anterior simplificaría el grado de información que le puede brindar acerca de lo que pasa en su organismo. “No tengan vergüenza y anoten para que el especialista pueda ofrecerles la orientación necesaria”.