Mié. Oct 9th, 2024

Héctor U Tello B. / Palestra

Pienso en el Juez de Control del Ceprereso local Contreras que tiene preso a Miguel Lutzow siendo inocente, y con argucias legales de risa, en una reinvención clara del “chivo expiatorio” ordenado por sus jefes.

Pienso en el Ministro Aguilar que ha amparado una y otra vez a Salinas Pliego a fin de que ese evasor fiscal le pague a México miles de millones de pesos que le debe al fisco.

Pienso en la Jueza Vega de Tamaulipas que le otorgó amparo a Cabeza de Vaca, el máximo narco gobernador de México de los últimos tiempos, y que le permitió que este siga libre “amparado” por el poder una Jueza.

Pienso en el Tribunal de CDMX que ordenó liberar los recursos de Genaro García Luna a su esposa, cuando son parte del negocio de la narco política que mantenía Genaro y Calderón con los cárteles, principalmente el de Sinaloa.

Pienso en 8 de los 11 ministros de la Corte defendiendo su salario de 400 mil pesos mensuales y su pensión vitalicia, sus arreglos cupulares a costa de 95% de los trabajadores del a pie del sistema judicial, y peor aún a costa de la justicia de los ciudadanos que no pueden pagar siquiera un abogado.

Pienso en todos los ministros, magistrados y jueces que tienen metido en el sistema a sus parejas, tíos, tías, hijos, hijas, sobrinos y por qué no nietos, “en este sistema familiar escalafonario todos alcanzan.”

Es más, pienso, y da escalofríos y un coraje de la chingada; pienso en el Juez Alejandro Martínez que liberó a un depredador sexual porque la niña (víctima) de 4 años, no supo decir “hora, lugar y día” de la agresión sexual. Sí así de nauseabundo.

Pienso en el modo, tiempo y lugar que aduce este miserable último juez de mierda, y espero el “modo, tiempo y lugar” para que se apruebe la Reforma al Poder Judicial y esta “casta dorada” por fin entienda que no, que nunca defendido los intereses de la mayoría, sino los suyos propios y los de una minoría.