Héctor U Tello B. / Palestra
Lo anterior viene a cuento no solo por la comida alta en grasas saturadas, carbohidratos vacíos, azúcares y más cosas chabochas de la Era del Consumismo; sino también y en alcance a esta incierta época que nos tocó vivir como adultos, también aplica a lo que leemos o no, vemos en TV o redes sociales, o sí, de dónde obtenemos la información para sentirnos informados.
Si yo me siento y me veo de izquierda, pero no de la izquierda autoritaria y represora de Maduro que acaba de ser refrendada. No, no estoy diciendo que hay que echar en vilo los millones de venezolanos que votaron por él, mis respetos por algo lo hicieron. Yo me siento representado por la izquierda de Lula, Correa, Petro, Evo, Juan Carlos Monedero, Andrés Manuel y ahora Claudia Sheinbaum.
Pero tengo que decir que hay una derecha igual de autoritaria y represora como la izquierda de Maduro, aunque sus reglas de castigo no sean físicas sino imperceptibles en las leyes. Es la derecha oligarca, ésa que nos ha vendido por 40 años que ser pobre es un derecho de quienes no tienen aspiraciones, de que el capital y los bienes de los países deben estar en manos de los poderosos y oligarcas porque generarán riqueza (de ellos), y no en las manos soberanas de los países, y sí, poder repartirla a los jodidos si se quiere.
Por eso igual que Maduro, me crea una igual repugnancia la derecha vendida de Juan Guaidó y María Corina Machado o del cuenta neuronas de Fox, que lo único que buscan es que EUA posea el petróleo de Venezuela para “despegar”. Pues no, ahí si le doy la razón al Maduro.
Al final creo que al haber ganado Maduro, poniéndolo en blanco y negro, es una balanza geo ideológica y geo económica en el Sur de América porqué la derecha oligarca ha puesto todo el arsenal en el ultra-loco de Milei, y buscará reposicionarse con todo en contra de lo que representa Brasil, Chile, Bolivia, Colombia y sobretodo, México.
Al final uno es lo que consume, ¿tú a qué le atoras?