Dom. Nov 24th, 2024

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Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), alrededor de 213.000 palestinos han sido perjudicados por nueve órdenes de evacuación desde principios de agosto, que han afectado a los habitantes de Khan Younis, Deir al Balah y, en menor medida, al norte de Gaza.

En total, el 86% de la Franja de Gaza ha sido objeto de órdenes de evacuación desde el 7 de octubre, lo que supone unos 314 km2.

Según la Oficina, esta reducción del espacio, combinada con el hacinamiento, la inseguridad, el colapso de las infraestructuras, las hostilidades en curso y la escasez de servicios, están empeorando la ya catastrófica situación humanitaria en Gaza.

Las nuevas órdenes de evacuación incluyen partes de la carretera de Salah ad Din, «un paso crucial para las misiones humanitarias», señaló el portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas en su encuentro habitual con la prensa.

«Esto ha hecho casi imposible que los trabajadores humanitarios se desplacen por esta ruta clave», añadió Stéphane Dujarric. Según la información de OCHA, la carretera costera no es una alternativa viable ya que las playas a lo largo de esta ruta están ahora abarrotadas de refugios improvisados para personas desplazadas.

Como resultado, los movimientos de convoyes a lo largo de la carretera costera son extremadamente lentos, y los suministros y servicios críticos, como el transporte de agua en camiones, no están llegando a las personas necesitadas ni de lejos a la escala requerida.

Entre 30.000 y 34.000 gazatíes por km2
La OCHA advirtió en su última actualización sobre la situación humanitaria en la Franja que las hostilidades en curso, las constantes órdenes de evacuación y la grave escasez de suministros esenciales están “dificultando cada vez más” el acceso de las familias desplazadas a los servicios básicos en los lugares a los que llegan.

La población de Gaza se concentra cada día más en la zona designada por las autoridades israelíes de Al Mawasi. Según OCHA, la densidad en esta zona ha alcanzado entre 30.000 y 34.000 personas por km2, frente a las 1200 personas estimadas antes de octubre de 2023.

El pasado fin de semana, el ejército israelí emitió una orden de evacuación para muchas zonas de Deir al Balah, incluido todo el campo de refugiados de Al Maghazi. Según el personal de la ONU sobre el terreno, unas 13.500 personas de 18 campos de desplazados fueron afectadas.

Además, la orden de evacuación abarcó zonas en las que se encuentran cinco escuelas, 14 estaciones de agua e instalaciones sanitarias, y diez emplazamientos sanitarios, incluidos dos centros de atención primaria y cinco puntos médicos.

Falta combustible
Por su parte, la ONU informó que un convoy había conseguido llegar a la ciudad de Gaza el lunes, entregando “combustible crítico para ayudar a mantener servicios esenciales como panaderías y centros de salud”.

“Pero esto dista mucho de ser suficiente. Se necesita un alto el fuego y un acceso humanitario sostenido para salvar vidas”, añadió la Organización en una publicación en X.

La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también publicó imágenes que muestran edificios destruidos y montones de basura en la ciudad del norte de Gaza, sometida a intensos bombardeos israelíes desde octubre del año pasado.

Operaciones quirúrgicas, amenazadas
Haciéndose eco de estos informes, la OCHA señaló que la grave escasez de combustible está obligando a los hospitales a posponer operaciones quirúrgicas esenciales y supone el riesgo de interrumpir el trabajo de los equipos de ambulancias, especialmente en el norte de Gaza.

El 19 de agosto, el director del hospital de Al Awda, Mohamed Saleh, anunció que se habían pospuesto todas las operaciones quirúrgicas en el centro y pidió suministros urgentes de combustible para evitar más pérdida de vidas.

La situación es igual de crítica en el hospital Kamal Adwan.

El fin de semana, la Media Luna Roja Palestina también advirtió de que sus ambulancias, clínicas médicas de urgencia y servicios de socorro corrían el riesgo de verse interrumpidos en el norte de Gaza debido a la escasez de combustible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus socios continúan trabajando para hacer llegar combustible a estas instalaciones.