Héctor U Tello B. / Palestra
En esa frase se encierra la miseria humana del personaje.
Luego me pongo a pensar que durante los 40 años del llamado neoliberalismo en México iniciado por de la Madrid y hasta Enrique Peña nunca se volteó a ver al Sur. Por eso el atraso de este.
“No hay que voltear al sur…” Es que en el sur huele feíto, está jodido, hay indígenas que hablan lenguas extrañas y se visten rarito, hay gente pobre, no hay ciudades como en el centro y norte de México, no hay modernidad. Le faltó completar al tipo experto en ganar elecciones.
La frase no solo es clasista, es impertinentemente colonial. Dicha por un niño rico que fue siempre alimentado de la verija del padre, quien es parte del Consejo Mexicano de Negocios, ése que nació para hacer un frente a la visión “social” de López Mateos.
“Hay que voltear al Norte…” Es que en el norte está US y la USAID, ésa que ha llenado de riqueza mi asociación “Mexicanos contra la Corrupción”, le faltó agregar. Es que en el norte está Canadá que es muy chic y Estados Unidos, que, aunque sea un imperio en decadencia, aún le faltan varias décadas para dejar de serlo. Le faltó agregar a este parásito. Trump ni Kamala lo hacen en su vida al tipo.
Andrés Manuel volteó a ver al Sur y eso encabronó a todos los oligarcas. Una refinería Olmeca, un Tren Maya, un interoceánico, Sembrando Vida, un aeropuerto en Tulum, obras civiles en el sur. Ah, pero entonces: “una refinería que no produce”, “un tren que devastó la selva” y así. No mamen. En 40 años, los españoles y americanos dueños de las cadenas hoteleras y empresas mineras devastaron 50 veces más que lo del tren, en humedales, zonas costeras y mangle vital.
Yo creo que, al contrario de este inmundo parásito, sí hay que voltear a ver al Sur, es más hay que visitarlo tantas veces se pueda.
Sobres.