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El Fogao consiguió el título continental por primera vez en su historia. A pesar de jugar con 10 hombres durante todo el partido, el equipo de Río de Janeiro se dio el gran gusto en Argentina. El triunfo por 3 a 1 sobre el Galo le permitió conquistar la Copa Libertadores.
Botafogo arrancó la gran final con un dolor de cabeza. A los 29 segundos de partido, Gregore le pegó una patada en la cabeza a Fausto Vera y se fue expulsado. Todo parecía ser favorable para Atlético Mineiro pero nada de ello sucedió.
Los de Artur Jorge se hicieron fuertes en la adversidad. A pesar de algún que otro sufrimiento asilado, los cariocas se replegaron muy bien y cuando atacaron se encontraron con una ráfaga de goles para celebrar en cancha de River.
Dos goles en un parpadeo comenzaron a darle el título a Botafogo
A diez para el entretiempo llegó el 1 a 0 para el Fogao. Un remate de Marlon Freitas rebotó en Thiago Almada. El argentino no pudo hacerse de la pelota pero le quedó a un compañero suyo que liquidó la jugada. Luiz Henrique, de gran partido, fusiló a Éverson para romper las redes del Galo.
Atlético Mineiro no podía comprender lo que sucedía en casa de River. Con un jugador de más sufría un tanto inesperado. Para colmo de males, al rato nomás, Éverson le cometió un penal a Luiz Henrique. Y, desde los doce pasos no falló Alex Telles para colocar el 2 a 0 para Botafogo.
A la gran final le quedaba todavía un período. Allí fue prácticamente todo del Galo. De hecho, al minuto de la complementaria llegó el descuento. Un córner desde la izquierda de Hulk encontró el cabezazo del chileno Eduardo Vargas para acortar distancias.
Atlético Mineiro aceleró, intentó y quedó de manera inexplicable con las manos vacías porque en la última Júnior Santos liquidó el asunto. Botafogo jugó todo el encuentro con diez hombres y ganó 3 a 1 para desatar su fiesta en Buenos Aires y conquistar su primera Copa Libertadores.