Lun. Dic 23rd, 2024

Human Rights Watch / Palestra

La guerra civil de Sudán, alimentada por las atrocidades, continúa, sembrando el sufrimiento y el terror desde hace 20 meses.

Ya hemos informado de algunos de los horribles crímenes perpetrados por las partes en pugna. En el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y sus milicias aliadas, hemos visto atrocidades cometidas por ambos bandos.

Hoy nos centraremos en las RSF. Sabemos que han sido responsables de saqueos e incendios provocados, asesinatos y violaciones; de ataques a infraestructuras civiles esenciales, como hospitales y mercados; del arrasamiento de barrios enteros; y de la limpieza étnica en la región de Darfur.

Ahora, hay nuevas pruebas de que los combatientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido y las milicias aliadas han violado a decenas de mujeres y niñas, incluso en el contexto de la esclavitud sexual.

Belkis Wille, de HRW, regresó recientemente de un viaje de investigación al estado sudanés de Kordofán del Sur, donde documentó estas atrocidades, junto con otras atrocidades en Kordofán del Sur de las que se informó la semana pasada.

«Las supervivientes describieron haber sido violadas en grupo delante de sus familias o durante periodos prolongados, incluso mientras eran retenidas como esclavas sexuales por combatientes de la RSF».

Belkis recogió pruebas de supervivientes y otros testigos, que revelaron que unas 79 niñas y mujeres, de entre 7 y 50 años, denunciaron haber sido violadas. La cifra real es seguramente más alta. La mayoría vivían en asentamientos informales para desplazados en la región de las montañas Nuba, en el estado de Kordofán del Sur.

Supervivientes y testigos afirmaron que los agresores eran todos miembros uniformados de las RSF o milicianos aliados. Algunos incidentes tuvieron lugar en una base de las RSF.

Las leyes de la guerra son claras respecto a este tipo de atrocidades.

La violencia sexual relacionada con los conflictos es una grave violación del derecho internacional humanitario y un crimen de guerra. La violencia sexual puede constituir crímenes de lesa humanidad cuando se comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil. Cuando se mantiene a las personas en condiciones de esclavitud y se las somete a violencia sexual, esto constituye esclavitud sexual.

Los países miembros de las Naciones Unidas y de la Unión Africana deben actuar con urgencia. Se necesitan desesperadamente al menos tres cosas.

En primer lugar, tienen que ayudar a las supervivientes. Hasta ahora, las víctimas apenas han tenido acceso a los servicios.

En segundo lugar, deben proteger a otras mujeres y niñas de tales atrocidades.

En tercer lugar, deben garantizar que se haga justicia por estos crímenes atroces. Esto incluye una mayor recopilación de pruebas y medidas para castigar a los autores.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Africana (UA) deben desplegar urgentemente una misión para proteger a los civiles en Sudán. Entre otras cosas, debe encargarse específicamente de abordar la violencia sexual, para que pueda ayudar en estos tres objetivos. Y es preciso que cuenten con los recursos necesarios para ello.

El mundo debe reconocer la magnitud de la violencia sexual en Sudán y actuar con rapidez.

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