Pepe Herrera / UNAM
A pesar de que la paleontología ha avanzado significativamente desde que se estableció en 1822, aún quedan varios misterios por resolver, especialmente aquellos relacionados con los temidos lagartos que se extinguieron hace 65 millones de años: los dinosaurios.
Entre otras interrogantes, ¿era el tiranosaurio tan temible como se ha hecho creer en el imaginario colectivo? Puede que sí, pero resulta que no fue el más largo de los dinosaurios carnívoros.
En 2001, la película Jurassic Park III presentó a un dinosaurio que se sabe habitaba en lo que ahora es África, cazaba presas tanto terrestres como acuáticas y tenía una particularidad: era más largo que el tiranosaurio.
Se trata del Spinosaurus aegyptiacus, o espinosaurio, quien se robó las miradas tras su aparición en la pantalla grande y se ha convertido en uno de los dinosaurios favoritos entre el público. A todo esto, ¿ser más largo quiere decir que fue más grande?
Óscar Jesús Bracho Mondragón, de la FES Zaragoza, nos habla de este y otros aspectos de un carnívoro enorme -o larguísimo- sobre el cual existen diferentes versiones.
“El espinosaurio es el dinosaurio carnívoro más largo jamás conocido; no obstante, no es el más grande, ya que para determinar este factor entra otra variante: el peso. Bajo ese parámetro, tanto el tiranosaurio como el giganotosaurio se disputan ese lugar”, aclaró Bracho Mondragón.
Su longitud era de 15 a 16 metros, mientras que su peso oscilaba entre 6 a 7 toneladas. Y, aunque se pudiera creer que con tal tamaño consumía grandes presas, el espinosaurio tenía una dieta piscívora; sin embargo, no se descarta que también devorara tortugas u otros dinosaurios de menor tamaño.
Vivió hace aproximadamente 99 millones de años. Como decíamos, habitó en África, específicamente en Marruecos, Nigeria, Argelia, Túnez y Libia. Recientemente se ha estudiado la posibilidad de que su distribución haya llegado a Brasil, pero aún se discute si los huesos descubiertos en esa región pertenecen a él o a otro tipo de espinosáurido.
Los primeros huesos de espinosaurio que se encontraron fueron identificados por Ernst Stromer en 1915. Debido a la gran cantidad de fósiles que se habían recopilado en la Formación Baharija en Egipto, el paleontólogo alemán pidió trasladarlos a su país, para resguardarlos en el Deutsches Museum en Múnich. Sin embargo, durante el viaje muchos de los huesos resultaron dañados; y no sólo eso: a los huesos que sí lograron conservarse les esperaba un trágico final.
En 1944, cuando los aliados bombardearon Múnich durante la Segunda Guerra Mundial, el museo fue gravemente afectado, incluyendo el área que resguardaba los restos del espinosaurio. Los fósiles se redujeron a escombros.
A pesar de ello, Ernst Stromer conservó dibujos detallados y descripciones del espécimen. Con base en esos archivos, la comunidad científica comenzó a trabajar para definir el aspecto físico de este carnívoro. Sin embargo, lo escaso que era el material con que se contaba dificultaba esa labor.
No obstante, en 1983, el hallazgo del Baryonyx en Surrey, Inglaterra, sirvió como base para tener una idea de cómo se vería el espinosaurio. A pesar de ello, no había un consenso sobre su aspecto, así que los investigadores quedaron a la espera de que en algún lugar alguien pudiera proporcionar mayor material sobre este dinosaurio.
Doce años más tarde, el hijo de Stromer donó los dibujos detallados y descripciones del espécimen que su padre había realizado al Paläontologische Staatssammlung München. Los científicos comenzaron a trabajar a partir de ese material y algunos huesos que se iban descubriendo. Esto permitió que se realizara un primer bosquejo del espinosaurio, mismo que sirvió como base para la representación que se hizo del animal en el filme Jurassic Park III.
Esa versión se mantuvo hasta 2014, cuando el paleontólogo alemán Nizar Ibrahim presentó un trabajo basado en un espécimen casi completo que empezó a estudiar en 2008. En la versión de Nizar Ibrahim el espinosaurio mantenía varios aspectos con respecto a la versión de 2001; por ejemplo, el hocico de cocodrilo se conservaba. Pero de ser un dinosaurio de postura bípeda pasaba a ser uno de postura cuadrúpeda. Además, su vela no era similar a la del Dimetrodon, sino que tenía forma de joroba.
Aunque así se había llegado a un consenso sobre su aspecto, hace cuatro años un nuevo descubrimiento le agregó misterio al Spinosaurus aegyptiacus. Ibrahim, empeñado en conocer a fondo las particularidades de este dinosaurio, encontró en la Universidad Hassan II de Casablanca (Marruecos) una cola fosilizada de este depredador gigante, la cual era similar a la que tienen los ajolotes. “Pero, hace dos años, nuevos estudios establecieron que el espinosaurio mantenía una postura bípeda y que su cola no lo convertía en un buen nadador, ya que alcanzaba 1.5 metros por segundo”, agregó Bracho Mondragón.
Por otro lado, los investigadores no tienen claro cómo era su estilo de vida; si bien muchos creen que era similar al de los cocodrilos, otros estiman que el dinosaurio era activo mayormente en tierra. De igual manera, todavía no se determina el uso que tenía su vela, aunque la hipótesis más aceptada es que la utilizaba para arrear presas de manera más eficiente.
Pese a todo el material con el que actualmente se cuenta, aún queda mucho por conocer en torno al Spinosaurus aegyptiacus.