Héctor U Tello B. / Palestra
Esta versión de Claudia Sheinbaum es quizá la más esperanzadora: poner a funcionar al sector académico, científico y de desarrollo de tecnología para el consumo propio del país.
Hay demasiado talento en los Centros de Investigación, cuyos estudiantes aspiran a salir del país para desarrollarse.
Sin temor a equivocarme, el sistema de investigación del país (con veintitantos centros) durante décadas neoliberales se dedicó a formar talento en teoría y poca práctica, es decir, productos que se quedaron en el banco de proyectos.
El modelo financiero de «tú puedes hacerlo, desarrollar investigación, luego patentarlo para después venderlo e irte», suena bien para un chico o chica científica.
El problema es que este sistema nos volvió individualistas y no colectivistas, para el bien común.
A esto le sumas que solo .6% del PIB nacional se va a investigación, y algunos de estos recursos (hay que decirlo) servían para desarrollar tecnología para los grandes consorcios, y no para el país.
El Centro Nacional de Desarrollo de Semiconductores KUTSARI (arena en purépecha) es una grandiosa noticia.
Esa es Claudia Sheinbaum 2.0, quién no sepa de qué se trata esto por favor póngase a investigar un poco.
El INAOE, el CINVESTAV, la UNAM; aquí en San Luis nuestro PICYT, tienen una gran camino recorrido en esta materia de procesadores, chips, nanotecnología, solo hay que ponerlos a funcionar de una vez por todas.
Se calcula que 700,000 millones de dólares es lo que se gasta en chips año con año en el mundo. México gasta 20,000 millones de dólares en ello, que en 6 años pudiera generarlos por si mismo.
¿Para qué se usan los semiconductores?, para autos, telefonía, instrumentos médicos, etcétera.
Creo que este sexenio es el de la ciencia también.
Hay que modificar leyes de patentado o propiedad industrial y aumentar con objetivos la inversión del PIB en ciencia e investigación claro está.
Pero sin duda, es una gran noticia.