Mar. Mar 18th, 2025

Palestra / La Ratonera

Enloquecido por un acto violento de su hijo que terminó plasmado en un video, el alcalde Enrique Galindo anda como chivo en cristalería y acusa al gobierno de Ricardo Gallardo de «atacarlo», pero ni modo que el mandatario o sus operadores le hayan dicho a Sebastián que actuara así aquella noche afuera de un antro, contra un parroquiano, para poder perjudicar a su padre.

El hijo de Galindo es una persona educada que, como bien dice el alcalde, está viviendo su propia vida, pero ese día lo hizo de mala manera exacerbado por el consumo de alcohol, una experiencia que no debería repetir.

Sin embargo, el edil se agarra de este hecho para victimizarse y ha escalado a tal punto que él mismo protagoniza una riña política que en este momento no le conviene, no sólo porque no tiene partido al ser expulsado del PRI, sino porque nada justifica lo injustificable y, en todo caso, si dice llevarse bien con Gallardo, ¿para qué el recargón?

Y es que Galindo se lanzó a fondo, al afirmar que el estado «está incendiado» por el crimen organizado y que el video de la golpiza de Sebastián a la víctima, se usa para «desviar la atención», cuando en la capital que gobierna ocho de cada 10 habitantes tiene una percepción de inseguridad, ¿o dirá que también el Inegi lo quiere fuera de las elecciones de 2027?

Enrique Galindo.- Ni tan amable.

Dicen los que saben que uno de los síntomas inequívocos de la desconfianza entre los inversionistas tiene que ver con el estado de la seguridad pública, en un país, un estado, un municipio.

Pero, a diferencia de las afirmaciones de Galindo, las firmas nacionales y extranjeras se mantienen estables en San Luis Potosí.

Es cierto que no terminan de llegar las empresas asiáticas que prometió el titular de la Sedeco, Jesús Salvador González Martínez, como tampoco se sabe en qué terminaron los compromisos que gestionó Gallardo en sus giras en Medio Oriente, Estados Unidos y otros países, pero hasta la fecha no hay fuga de capitales.

Nadie dice que estamos como el tranquilo Yucatán, que sería lo deseable, pero los hombres de negocios se mantienen firmes ante los arancelazos de Trump y los embates de la delincuencia, organizada o no, pese a lo cual el estado no ocupa los primeros puestos a nivel nacional, según las cifras oficiales presentadas hace unos días en la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum, por la secretaria de Gobernación, la potosina Rosa Icela Rodríguez, que suena como precandidata a gobernadora.

SLP.- Lugar 20 en homicidios.

El que debería preocuparse o, mejor dicho ocuparse, es el secretario de Seguridad Pública, José Luis Ruiz Contreras, a quien le pega en su línea de flotación la contraofensiva mediática de Galindo.

La narrativa de que el crimen organizado está fuera de control, sobre todo en la huasteca potosina, es como decir que Ruiz -que ya fue fiscal general y pretende ser candidato en las elecciones judiciales-, no puede con el paquete, a casi un año de haber asumido el cargo, tiempo suficiente para haber dado mejores resultados.

Eso, a juzgar por lo que dice Galindo, quien pese a jactarse de ser un «experto» en seguridad pública, dejó a la Policía Federal cuando fue su comisionado general, echada a perder, a juzgar por lo que afirmó una y otra vez el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Además, el alcalde capitalino no puede sentirse muy orgulloso con Nochixtlán y Tanhuato a sus espaldas, amén de hechos lamentables en antros de la capital, donde ha habido muertos a balazos y tragedias como Rich, que hablan de su propia ineptitud como gobernante.

José Luis Ruiz.- Raspado.

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