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Jorge Campos destacó como portero en los años noventas por dos razones: su extravagante y alegre estilo de juego y sus coloridos y revolucionarios uniformes.
El exportero mexicano fue un adelantado a su época tanto dentro como fuera del campo. Él era reflejo de alegría, jugadas espectaculares en la portería o el ataque, y unos uniformes que mezclaba su pasión por el surf con el futbol.
“Siempre me gustó el tema del diseño, el marketing y así se dio, muy natural, nunca busqué algo diferente, quería sentirme cómodo, algo que me gustara y algo que me recordara el surf en Acapulco, en la playa”, recordó Campos a Bolavip México.
¿Dónde surgieron los diseños coloridos de los uniformes de Jorge Campos? Esta es la historia.
Uniformes colores neón
Daniel Ríos fue el creador de la marca Aca Sport y co creador de los llamativos uniformes que utilizó el portero mexicano Jorge Campos durante la década de los noventa.
Él reveló que aquellos diseños no estaban destinados originalmente para el Campos, sino para otro portero de la época: Adrián Chávez.
«Mi carta más fuerte en ese momento era Adrián Chávez, pues era portero del América, y le diseñé un uniforme con aplicaciones únicamente en color neón. Entonces, llego a Coapa (instalaciones del club), le enseño las prendas y me dice: ‘Uy no, licenciado, se van a reír de mí; no me lo puedo poner’. Le dije que no importaba, que se lo cambiaba en unos días, y luego fui a la casa de Pumas, donde vivía Jorge Campos«, recuerda Ríos en entrevista con ESPN.
«Le muestro ropa a Jorge Campos, que no era nada fosforescente; él ve en mi maleta que yo portaba esos colores neón en otras prendas, las saca y me dice: ‘Yo sí me las pongo’. Ese fue el inicio de los colores neón con Jorge Campos: rosa, amarillo y naranja, básicamente».
Después de que Campos aceptó portar los uniformes coloridos, hizo una mancuerna con Daniel para crear más diseños y elementos de personalización, como aplicaciones de los famosos rombos neón y otras comodidades para las prendas.
«Un día me dice: ‘¿Por qué no me haces alguno con rombos?’. En Acapulco, empecé a diseñar; sacamos el primer uniforme, que llevaba nada más rombos en el pecho. ¿La verdad? Horrible (risas). Cuando vi a Jorge Campos, aquí en Acapulco, aprovechamos para sacar las primeras fotos con ese suéter, todavía con un cuello más arriba, que no era a lo que posteriormente llegamos», añade.
Con el estilo establecido, comenzó una «labor titánica» para Daniel Ríos, porque brindaba a Jorge Campos «dos o tres uniformes» para no repetir modelo, que evidentemente debía cumplir con el visto bueno del guardameta en rápido ascenso dentro del futbol mexicano.
«A Jorge Campos también se le puede atribuir la bermuda con cojines. Era una bermuda de tenis con bolsas laterales. En lugar de cierre le pusimos velcro. No le gustaba la bermuda ‘normal’ de portero.
«El cuello levantado era clásico de él. Tuvimos que hacer un cuello levantado con pellón, que es la entretela que llevan las camisas para que puedan detenerse. Nosotros metimos un pellón mucho más fuerte para que el cuello no se cayera nunca. Y abajo del cuello decía la palabra ‘surfer’ con una palmita. Una manga del suéter decía ‘Acapulco’ y la otra ‘Campos’. Eso era de todos los uniformes», recuerda el creador de los uniformes.
«Era muy complicado; cada partido tenerle uniforme a Jorge Campos, pero obviamente él fue creciendo y pasó a ser nuestra carta de presentación. Lo que necesitaba se hacía. Así fue como la marca se consolidó», dice.
En los noventas, había una labor artesanal detrás de las prendas que utilizaba Jorge Campos.
«Todo eran aplicaciones. Lo que pesaba el uniforme y luego mojado, Jorge Campos siempre me lo decía. En aquel entonces, cargar un uniforme como ese, no cualquiera. Hoy en día tenemos nuevas técnicas; el sublimado vino y acabó con todas las aplicaciones. Anteriormente era pieza por pieza, era un drama total (risas)», recuerda Daniel.
Campos brilló cuando los porteros eran libres
En la década de los noventas del siglo pasado, los porteros no estaban obligados a usar la misma marca que vestía a los jugadores de campo.
La marca que Campos llevó a cima
La marca Aca Sport actualmente conocida como Raute Sport, inició operaciones con Daniel Ríos como fundador durante la década de los ochenta en Guerrero, al sur de México, bajo el nombre «Artículos Deportivos Aca Sport SA de CV», en un modesto taller instalado en el sótano del Hotel Miami, que ha sido testigo silencioso del crecimiento, posterior ocaso y flamante renacimiento de una firma íntegramente mexicana y familiar.
Daniel Ríos recordó los inicios de Raute Sport bajo su anterior alias y relató cómo su afición al futbol amateur, así como la necesidad por mejores indumentarias en aquella región del Pacífico mexicano, lo motivaron a iniciar un negocio que alcanzó dimensiones de talla internacional.
«Todo inicia antes del 85 por mi afición al futbol amateur y un equipo al que yo patrocinaba. En el momento en que ya no me gustaban los uniformes que yo podía adquirir en Acapulco, mandé maquilar uniformes con mi marca; fue creciendo el negocio y llegó un momento en el que ya tampoco me satisfacían los productos. Entonces, llegó la idea de crear mi propio taller.
«El taller estaba situado aquí en Acapulco, dentro de las instalaciones de un hotel que es familiar y tiene mucho terreno. La maquinaria no fue tan sencilla; metimos unas veinte cortadoras y todo lo que necesitábamos. Estuvimos trabajando mucho tiempo con gente de Acapulco, hasta que creció la marca. Nos fuimos a la Ciudad de México a instalar otro taller, ya que no nos dábamos abasto con la producción, y los dos trabajaban al mismo tiempo», explica Daniel.
La marca surgió con el nombre Sport, pero no se pudo registrar y se le agregó Aca de Acapulco.
«Al uniforme se le tenía que poner una marca y nació como ‘Sport’, originalmente. Cuando esto creció más, y empezamos a salir de Acapulco, me dijeron que obviamente no podía registrar la marca ‘Sport’, porque el nombre era descriptivo en inglés (deporte). Fue cuando antepuse ‘Aca’, de ‘Acapulco’, y así nació la marca», afirma Daniel Ríos.
Una vez con el sello establecido a nivel local e iniciando producción de indumentarias enfocadas en porteros, el destino citó a Daniel Ríos con Jorge Campos sobre el mismo llano guerrerense, para dar inicio al relato de las míticas prendas dentro del folclor en el futbol mexicano, además reconocidas en el plano internacional.
«A Jorge Campos lo conocimos aquí jugando, en un equipo rival. Él ya estaba con Pumas y lo traían a jugar. La marca ya existía, pero no habíamos salido de Acapulco y empezábamos a diseñar la ropa de porteros, que fue muy importante para nosotros. Llegó un momento en que dije: ‘Quiero estar en Primera División’. Obviamente, no podíamos entrar con un equipo porque era mucho dinero, pero, en aquel momento, los porteros eran libres.
«Me fui a Coapa (instalaciones del América), pedí permiso para entrar y me dejaron frente a Adrián Chávez; le dije: ‘Yo soy fulanito de tal, esa es una marca que yo tengo y me gustaría hacer tu ropa’; le gustó lo que llevábamos y lo aceptó. De ahí fuimos con Pablo Larios y después llegó Jorge Campos. También porteros como René Higuita usaron nuestra marca.
«Eran veinte equipos que jugaban en Primera División y diez usaron mi ropa en el año en que llegamos. La primera final a la que llegó Aca Sport fue Cruz Azul contra América (1988-89), con Pablo Larios y Adrián Chávez, ambos con la marca. Lo cuento muy fácil, pero fueron años de picar piedra», recuerda el creador de la marca.
El cierre y el resurgimiento
Una vez en la cúspide, con mercado establecido en Estados Unidos, Japón, Francia y Países Bajos, la decadencia de Aca Sport llegó en 1997, debido a que las «grandes marcas» patrocinadoras de los equipos limitaron el uso de ropa ajena para los porteros, por lo que las ventas cayeron drásticamente y el negocio cesó su existencia.
«Llegamos a la cúspide; logramos todo lo que pudimos lograr y empezamos a bajar. ¿Qué pasó? Entraron las ‘grandes compañías’ y nos empiezan a arrebatar a los porteros, diciéndoles ‘a ver, ya no puedes utilizar otra marca’. Bajamos en ventas y hubo un momento en el que ya no llenaba mis expectativas el negocio como tal.
«Amargamente cerré las puertas del taller un día y quedó cerrado con la maquinaria, tela, patrones, todo. Así quedó. Un día yo lo cerré y no lo volví a abrir. No estábamos donde yo quería estar, no podía económicamente y ya no lo pudimos hacer. Por esa razón la marca desapareció en ese momento», relata.
En 2020, la pandemia de Covid-19 reunió a Daniel Ríos con sus cinco hijos bajo el cobijo del Hotel Miami y dicha convivencia dio como fruto una nueva oportunidad para la marca ‘Aca Sport’, que reinició operaciones gracias a la emergente demanda por cubrebocas y posteriormente retomó su cauce con fabricación de indumentaria deportiva considerada «retro», aunque bajo la denominación Raute Sport debido a que Aca Sport fue registrada como otra firma diferente durante el lapso que se ausentaron.
La palabra ‘Raute’ significa ‘rombo’ en alemán.
«En el año 2020, que se lanza la marca, firmamos un contrato de colaboración con Jorge Campos. Hicimos ediciones conmemorativas con su firma, tal cual hechos como en los noventas; nada más cambiamos la tela, pero los rombos son cosidos y mantuvimos todos los detalles. Encontramos también un mercado bastante interesante en niños, así como en mexicanos que viven en el exterior y buscan algo que los identifique en el extranjero», explica Christopher Ríos, hijo de Daniel y una de las actuales figuras detrás de la reinvención de Raute Sport. «También estamos metiendo cosas más modernas, pero mantenemos los colores neón, que nos representan».
Jorge Campos ya no es aquel joven portero que deslumbraba con sus atajadas y uniformes, pero a sus 58 años sigue portando con orgullo sus coloridos jerseys en cada evento deportivo al que es invitado porque sabe que sus creaciones pasaron a la historia del futbol.
Información original: www.espn.com.mx/futbol/mexico/nota/_/id/14934590/jorge-campos-coloridos-uniformes-seleccion-mexico