Zedryk Razielelia Castillo Jiménez / El País
El exgobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco sometió y acosó durante cuatro minutos a su media hermana, Nidia Fabiola, según consta en la denuncia por intento de violación que la mujer interpuso ante la Fiscalía de Morelos contra el político y exfutbolista y de la que EL PAÍS tiene una copia. El relato de la noche de terror es el sustento con el que la Fiscalía pidió al Congreso federal anular la inmunidad que ahora protege a Blanco como diputado y le impide afrontar a la justicia como cualquier ciudadano. Morena, el partido del exgobernador, con la ayuda del PRI y el Partido Verde, desechó la petición de desafuero por supuestas fallas técnicas en la investigación de lo que denunció la hermanastra del político.
Los hechos referidos por Nidia Fabiola sucedieron una noche de diciembre de 2023, tras una fiesta en la residencia oficial del Gobierno de Morelos en la que estuvo Blanco. Según el relato, el entonces gobernador intentó romper a la medianoche la puerta de la alcoba que ocupaba su media hermana en la casa. La mujer se despertó asustada por los golpes y los arañazos en la manija. Al acercarse a la puerta, advirtió que era su hermano. Abrió y le preguntó qué pasaba. Blanco irrumpió y cerró de un portazo. Nidia Fabiola retrocedió, según la denuncia, en la que especifica que le notó “con aliento alcohólico, en un estado de desesperación y ansiedad, con los ojos rojos”. Luego ocurrió el intento de violación.
La denuncia precisa que Blanco la arrinconó en la cama, la sujetó de los hombros e intentó besarla en la boca, le tocó los senos y quiso arrancarle el pijama. La mujer forcejeó, lo empujó, escondió la cara, mientras él insistía con los besos. Ella comenzó a gritar e intentó razonar con él, hacerle notar que era su hermana, y que afuera de la habitación había personas oyéndolo todo. “¡Afuera está tu gente muy cercana y tu seguridad! ¡Date cuenta lo que estás tratando de hacerme! ¡Vete de aquí, cabrón!”. Él, lejos de amilanarse, la insultó e insistió más, con más violencia.
“Cuauhtémoc, al ver que estaba gritando y que ya me había levantado de la cama, estando parada, pegada a los pies de la cama y que no me dejaba, me volvió a tomar de un brazo con mucha fuerza y después me sometió en la cama nuevamente, sujetándome de un brazo”, dice la declaración. Nidia Fabiola peleó con fuerza. “Yo, estando bocarriba, con el otro brazo le empiezo a dar de puñetazos en el cuerpo y algunos en la cabeza, y [él] con su otra mano me quiere tapar la boca para que dejara de gritar: ‘¡Déjame, cabrón, suéltame! ¡Ayuda!‘. Y él encima de mí tratando de violarme […] yo me movía dando manotazos y lo empujaba con mis brazos y piernas para alejarlo de mí. Fue así que logré que se separara de mí, por los golpes que le di y gritos que estaba haciendo”.
Blanco se marchó furioso, dice la denuncia. Tras su salida de la habitación, Nidia Fabiola trabó la puerta con una silla, por temor a que el gobernador intentara volver a entrar. “Y me pongo a llorar, a temblar de miedo e impotencia sin saber qué hacer ni a quién llamar, ni a quién acudir. Estaba muy asustada, confundida de lo que me había hecho Cuauhtémoc, lo sorprendida [de] que a él no le importó que fuera yo su familia o hermana”, narró a la Fiscalía. No pudo conciliar el sueño. La fiesta en la residencia oficial del Gobierno duró hasta las siete de la mañana. El relato registra con detalle cuál era el vestuario de Blanco, y hace énfasis en su playera desgastada. “Casi siempre, cuando llegaba a la residencia a tomar al grado de emborracharse, fumar, se ponía esa playera”, precisa la acusación.
Nidia Fabiola explicó que tardó algunos meses en acudir a la Fiscalía porque estaba “asustada, con sentimientos de dolor, rabia, confundida, impotente de lo que pasó”. Desde la tribuna del Congreso federal, Blanco se refirió este martes al tiempo que le tomó a su hermanastra presentar la denuncia para intentar deslegitimar las acusaciones. “Después de seis meses la señora presentó esta demanda en mi contra”, dijo el legislador, arropado por diputadas y diputados de Morena. “¡No estás solo, no estás solo!”, corearon sus compañeros de bancada, que le flanqueaban. Solo un grupo de diputadas morenistas rompió la disciplina de voto y defendió la agenda feminista del Gobierno de Claudia Sheinbaum. Tras confirmar su blindaje, Blanco ofreció ponerse a disposición de la Fiscalía morelense, porque, dijo, no tiene miedo. “Mi conciencia está muy tranquila”, aseguró ante un pleno dividido entre el apoyo y el repudio. Las diputadas del PT, que se apartaron de sus habituales aliados de Morena y el PVEM, señalaron la contradicción de que el exgobernador pretenda defenderse conservando la inmunidad.