Palestra / AFP
Al menos 44 personas murieron este jueves en ataques israelíes en distintos puntos de la Franja de Gaza, informaron rescatistas locales, en medio de una creciente crisis humanitaria agravada por el saqueo de un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA) por parte de civiles desesperados.
La situación en Gaza sigue siendo crítica tras más de 18 meses de guerra y un bloqueo de más de dos meses que apenas ha comenzado a aliviarse con la entrada limitada de ayuda humanitaria. Expertos en seguridad alimentaria advierten que uno de cada cinco habitantes está al borde de la inanición.
El ejército israelí ha intensificado su ofensiva en el enclave palestino en lo que califica como un renovado intento de eliminar a Hamás, tras el ataque del grupo islamista del 7 de octubre de 2023 que desató el conflicto.
Mohammad al-Mughayyir, responsable de Defensa Civil en Gaza, confirmó que 23 de las víctimas murieron en un ataque contra una vivienda en el campo de refugiados de Al-Bureij. Además, señaló que otras dos personas fallecieron y varias resultaron heridas por disparos israelíes cerca de un centro de ayuda estadounidense en el sur de la Franja.
Este centro, administrado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), forma parte de un nuevo sistema de distribución de ayuda respaldado por EE.UU., que busca evitar que los suministros lleguen a manos de Hamás. Sin embargo, tanto la ONU como la Unión Europea han expresado críticas a este mecanismo.
«Lo que nos está pasando es humillante. La multitud nos degrada», expresó Sobhi Areef, un gazatí que acudió a un centro de GHF. «Arriesgamos la vida por una bolsa de harina para alimentar a nuestros hijos».
El ejército israelí afirmó que está investigando las muertes ocurridas en Al-Bureij y cerca del centro de ayuda, y que sus fuerzas atacaron “decenas de objetivos terroristas en toda la Franja de Gaza” en las últimas 24 horas.
En paralelo, el miércoles miles de personas desesperadas irrumpieron en un almacén del PMA en Deir al-Balah, centro de Gaza, en busca de alimentos. Imágenes de AFP muestran a multitudes saqueando bolsas de suministros mientras se escuchaban disparos.
«Hordas de personas hambrientas irrumpieron en el almacén Al-Ghafari del PMA», indicó la agencia de la ONU, señalando que los suministros estaban listos para ser distribuidos.
La distribución de ayuda humanitaria ha generado tensiones entre Israel, la ONU y organizaciones humanitarias. El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, acusó al organismo internacional de “bloquear los esfuerzos de GHF con amenazas e intimidaciones a las ONG que participan”.
Por su parte, la ONU ha defendido que hace lo posible por facilitar la distribución de la ayuda que Israel permite ingresar, aunque advierte que los volúmenes siguen siendo insuficientes. El martes, 47 personas resultaron heridas y al menos una murió durante una estampida en un sitio de GHF.
GHF afirmó que existen «varias inexactitudes» sobre sus operaciones y denunció que hay sectores que desean ver su fracaso.
«La situación es caótica», dijo Abu Fawzi Faroukh, de 60 años, al describir su experiencia en un centro de GHF. «Los jóvenes son los únicos que han recibido ayuda porque pueden cargarla, pero los ancianos y las mujeres no logran entrar por la aglomeración».
Estancamiento en negociaciones y creciente desesperación
Mientras tanto, las negociaciones para un alto al fuego continúan. El enviado de EE.UU., Steve Witkoff, expresó cierto optimismo y anticipó que presentará una propuesta próximamente. Sin embargo, los habitantes de Gaza no comparten ese sentimiento.
“Han pasado 600 días y nada ha cambiado. La muerte continúa y los bombardeos israelíes no cesan”, dijo Bassam Daloul, de 40 años.
El conflicto, iniciado tras el ataque de Hamás que dejó 1,218 muertos en Israel, ha provocado hasta la fecha 54,249 muertos en Gaza, según cifras del Ministerio de Salud del enclave gobernado por Hamás. Desde el fin del último alto al fuego, el 18 de marzo, al menos 3,986 personas han perdido la vida en ataques israelíes, la mayoría civiles.