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La Organización de la ONU encargada de velar por la salud pública mundial anuncia la actualización de su plan para ayudar a los países a hacer frente a otra pandemia mortal como la del COVID-19.
«Estamos muy animados por el descenso sostenido de las muertes notificadas por COVID-19, que han disminuido un 95% desde principios de este año», dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud en una rueda de prensa.
Sin embargo, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus advirtió de que, en algunos países se están registrando un aumento de los casos y en las últimas cuatro semanas 14000 personas han perdido la vida a causa del COVID.
El responsable de la agencia de la ONU dijo que se calcula que una de cada 10 infecciones da lugarahora a lo que se conoce comúnmente como «COVID largo», lo que sugiere que cientos de millones de personas necesitarán cuidados a más largo plazo de cara al futuro.
Como demuestra la aparición de la nueva variante XBB.1.16, el virus sigue cambiando y todavía es capaz de causar nuevas oleadas de enfermedad y muerte, afirmó el doctor Tedros.
El virus «está aquí para quedarse”
«Tenemos la esperanza de que en algún momento de este año podamos declarar el fin del COVID-19 como emergencia de salud pública de importancia internacional. Pero este virus está aquí para quedarse, y todos los países tendrán que aprender a gestionarlo junto con otras enfermedades infecciosas», agregó.
Durante la rueda de prensa, Tedros también anunció la cuarta actualización de la Iniciativa de Preparación y Resiliencia frente a las Amenazas Emergentes, lanzada por la OMS en febrero 2020 y que tiene como objetivo reforzar la capacidad de todos los países para hacer frente a la próxima pandemia.
La actualización incorpora las últimas herramientas con las que cuenta la Organización Mundial de la Salud, que recogen el aprendizaje compartido y los protocolos de acción colectiva establecidos durante la pandemia de COVID-19 y otras emergencias recientes de salud pública.
La guía proporciona, además, un enfoque conjunto para responder a una amenaza o a la llegada de cualquier patógeno respiratorio como la gripe o cualquier otro virus de la gama de los coronavirus, que tienen la capacidad de mutar rápidamente en diferentes variantes.
Esta actualización describe cómo los países pueden «pasar de una respuesta de emergencia a una gestión sostenida y a largo plazo del COVID-19», en un periodo de dos años.
“En lugar de centrarse en patógenos o enfermedades específicos, el plan diseñado por la OMS adopta un enfoque integrado de la planificación de pandemias, centrándose en grupos de patógenos y en los sistemas a los que afectan. Para empezar, la estrategia se centrará en los patógenos respiratorios, como la gripe, los coronavirus, el VSR y patógenos aún desconocidos», pero añadió que, por definición, “las pandemias son acontecimientos mundiales, lo que subraya la importancia de la colaboración internacional”, explicó Tedros.
Escuelas, salas de oración, ayuntamientos
«La iniciativa también está diseñada para promover la colaboración entre sectores. Como demostró el COVID-19, una pandemia no es sólo una crisis sanitaria. Afecta a las economías, la educación, el comercio, los viajes, los sistemas de suministro de alimentos y mucho más».
Por ello, la Iniciativa de Preparación y Resiliencia frente a las Amenazas Emergentes implicará al mayor número posible de sectores de la actividad humana, incluida la sociedad civil, los grupos religiosos y los jóvenes.
Tedros aseguró que el plan responde a la petición de orientación técnica y apoyo para promover y reforzar la preparación y respuesta integradas, tal como se señala en las resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud.