María Sánchez-Monge / Cuídate Plus
Muchos pacientes con covid persistente experimentan torpeza mental, dificultad de concentración, problemas de atención y pérdida de memoria. Es lo que se conoce como niebla mental, que se asocia a un sinfín de dificultades en la vida diaria. Al tratarse de una entidad muy reciente y desconocida, estas personas se enfrentan a la incomprensión por parte de quienes les rodean. “Pero si no te pasa nada; puedes seguir trabajando y hacer vida normal”, les dicen con frecuencia. Ahora ya hay pruebas palpables. Un equipo de científicos irlandeses acaba de descubrir un rasgo patológico en los cerebros de las personas afectadas que puede explicar su deterioro cognitivo.
La búsqueda de tratamientos específicos para la long covid o covid persistente no está resultando nada sencilla, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta la complejidad de este síndrome que afecta al 10% de las personas infectadas por el coronavirus SARS-CoV-2. Se considera que una persona lo padece cuando sigue teniendo síntomas más de 12 semanas después de haber pasado la covid-19 . Se han descrito más de 200 manifestaciones distintas, entre las que destacan por su elevada prevalencia la fatiga, dificultad para respirar, problemas de memoria y atención y dolor articular o muscular.
Conocer la causa de los problemas cognitivos asociados al covid persistente es la vía más directa para desarrollar terapias específicas y eficaces.
Alteraciones en el cerebro de las personas con covid persistente
Según los resultados publicados por el equipo del Trinity College de Dublín en la revista Nature Neuroscience, los pacientes con niebla mental asociada a covid persistente tienen alterada una estructura clave del cerebro: la barrera hematoencefálica. Se trata de una red de vasos sanguíneos y tejido compuesta de células de alta densidad que impiden el paso de sustancias tóxicas y patógenos al cerebro. Gracias a este muro de contención, el cerebro puede recibir a través de la sangre únicamente los componentes que necesita, lo que contribuye a mantenerlo a salvo para que pueda ejecutar correctamente sus funciones, entre las que se encuentran las cognitivas, como la memoria o la atención.
Las imágenes de resonancia magnética de las personas con covid persistente y niebla mental han revelado la existencia de fugas en esos vasos sanguíneos que forman parte de la barrera hematoencefálica. Esas fugas no están presentes en los cerebros de los pacientes que padecen covid persistente pero no tienen ningún tipo de deterioro cognitivo.
“Hemos podido demostrar por primera vez que los vasos sanguíneos cerebrales con fugas, junto con un sistema inmunológico hiperactivo, pueden ser los impulsores clave de la confusión mental asociada con la covid persistente”, ha señalado Matthew Campbell, jefe de Genética del Trinity College.