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La directora de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito señaló el pasado jueves en una sesión de la Comisión de Estupefacientes que el problema mundial de las drogas “es cada vez más complejo” y contribuye a frenar los avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Ghada Wally detalló en Viena que las drogas sintéticas han cambiado el panorama, “abaratando y facilitando la producción y el contrabando”.
Drogas como el fentanilo están causando un récord de muertes por sobredosis, mientras surgen laboratorios clandestinos de producción en nuevas partes del mundo, señaló la directora.
Sin embargo, este fenómeno no ha sustituido a las amenazas de las drogas tradicionales de origen vegetal, explicó Wally. Más aún, el tráfico ilícito de drogas se solapa con los conflictos, la violencia y la inestabilidad, “avivando la violencia de las bandas en Haití y amenazando el orden público en Ecuador”.
Además, internet está creciendo como un mercado para drogas, precursores y sustancias químicas no controladas, así como una plataforma de intercambio de conocimientos técnicos de fabricación, advirtió.
Garantizar la atención sanitaria
Por su parte, el Secretario General de la ONU instó a abordar el problema mundial de las drogas mediante respuestas “equilibradas” y una “acción colectiva”.
Ante el aumento del número de personas con trastorno por consumo de drogas, António Guterres pidió continuar luchando contra el tráfico, invirtiendo en la prevención del consumo, garantizando la igualdad de acceso a la atención sanitaria y a los servicios de tratamiento y protegiendo los derechos humanos y la dignidad de todos.
“Debemos esforzarnos siempre por poner a las personas en primer lugar, acabando con la estigmatización y la discriminación y reforzando la prevención, haciendo hincapié en la rehabilitación, defendiendo los derechos humanos de las personas que consumen droga, y ampliando los programas de prevención y tratamiento y los servicios sanitarios”, dijo.
La sesión tuvo lugar en un momento en el que observan niveles récord de oferta de cocaína y drogas sintéticas y una brecha en el tratamiento, ya que sólo una de cada cinco personas con un trastorno por consumo de drogas recibe la atención adecuada, según la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito.
Aumento del consumo y de los trastornos
La Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito calcula que 296 millones de personas de todo el mundo (1 de cada 17 personas) con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años, en su mayoría hombres, han consumido al menos una droga en los últimos 12 meses.
Esto supone un aumento del 23% desde 2011, debido en parte al crecimiento de la población mundial.
A su vez, la agencia calcula que el número de personas que padecen trastornos por consumo de drogas ha aumentado hasta los 39,5 millones en 2022, lo que supone un incremento del 45% en 10 años.
Asesinatos en América Latina
Precisamente, durante la sesión, el presidente de Colombia denunció que la estrategia contra las drogas de las últimas décadas “ha fracasado”.
«Las drogas ilícitas están a la mano de todos, mientras que las medicinas controladas no les llegan a los pacientes que más las necesitan», dijo Gustavo Petro durante su intervención, en la que denunció que un millón de personas han sido asesinadas en América Latina por la criminalización de las drogas.
Por su parte, el vicepresidente de Bolivia pidió la despenalización de la hoja de coca.
Nuevas medidas
La Comisión de Estupefacientes, órgano central de las Naciones Unidas para la formulación de políticas en materia de drogas, se reunirá hasta el 22 de marzo para hacer balance de los progresos realizados en el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de políticas de drogas.
Por primera vez desde la adopción de la Declaración Ministerial de 2019, los Estados miembros establecerán una serie de compromisos teniendo en cuenta los retos identificados hasta el momento, con el objetivo de convertirlos en nuevas acciones sobre el terreno.
Las resoluciones que está estudiando la Comisión abordan temas relacionados con los programas de rehabilitación y gestión de la recuperación, la mejora del acceso y la disponibilidad de sustancias controladas para fines médicos y científicos, la prevención y la respuesta a las sobredosis de drogas, y el desarrollo alternativo.