Mar. Nov 26th, 2024

Palestra / San Luis Potosí

La Lic. Amalia Berenice Fraga Ponce, Responsable Estatal de Capacitación en la Infancia de los Servicios de Salud del Gobierno del Estado, destacó que la infancia es la etapa  más importante en la construcción de una persona, de ahí que durante este periodo niñas y niños, deben contar con condiciones favorables, como la protección, una buena alimentación, el juego,  experiencias emocionales sanas, sociales y culturales, que les permitan desarrollar habilidades para ser seres sociales y participar plenamente en la vida familiar y comunitaria.

El trabajo infantil es una forma de maltrato, ya que obligan a que niñas, niños y adolescentes sean introducidos prematuramente a las actividades laborales asumiendo roles que no les corresponden, inmiscuyéndolos en condiciones impropias para su edad y alejándolos del entorno escolar, familiar y social propios para su evolución física y psicológica. El “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a las niñas y niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Para calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica habrá que valorar además de la edad, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, así como las condiciones en que lo realiza. Existen algunos criterios que permiten valorar si una actividad es de riesgo para el desarrollo de las niñas y los niños, son: si es con dedicación exclusiva, si es a una edad demasiado temprana, si el niño tiene que asumir demasiada responsabilidad, si impide el acceso a la escolarización .Si los ambientes son peligrosos bajo tierra, bajo el agua, en alturas o en espacios cerrados. Si están en un medio insalubre expuestos a sustancias, agentes o procesos peligrosos, etc.

Las niñas y niños trabajadores son mucho más vulnerables que los adultos porque sus cuerpos todavía están creciendo y no están formados completamente. Tienen una salud física deficiente porque el trabajo que ejercen los expone a los riesgos de las enfermedades y los accidentes, advirtió la especialista.

“Por ejemplo, las y los niños jornaleros se  exponen a fuertes inclemencias del tiempo; pero más preocupante aún es el contacto con plaguicidas y herbicidas que provoca posibles enfermedades respiratorias, infecciones gastrointestinales, etc. La esperanza de vida de niñas, niños y adolescentes puede verse disminuida por envejecimiento prematuro, el exceso de trabajo, además de la discapacidad o enfermedad y daños emocionales”.

Finalmente, Fraga Ponce invitó a padres, madres o tutores a cuidar, proteger y guiar a los niños, niñas y adolescentes. Criar no es una tarea fácil, sin embargo, las prácticas de crianza sí son un factor condicionante para el crecimiento y desarrollo de las niñas y niños. Recuerden que la prevención y erradicación del trabajo infantil además del Estado corresponde a la sociedad y a todos prevenirlo, responsabilizarnos y garantizar que, a los adolescentes en edades permitidas para laborar,  no se les explote o violente en el lugar de trabajo.