Vermouth Deportivo / Copa América
Costa Rica se plantó en California y Brasil chocó constantemente sin poder quebrarlo. El Scracht mereció más, pero se quedó masticando bronca en un deslucido debut.
En plena renovación, buscando su mejor nivel y con Dorival Júnior como seleccionador se presentó Brasil en Copa América, iniciando su trigésima octava participación en el torneo.
Era favorito en California ante Costa Rica, dirigida por el argentino Gustavo Alfaro en su sexta participación, y se hizo cargo de ese mote buscando lastimar al aplica combinado Tico.
Pero el Scratch tardó poco en chocar contra una barrera morada, pese a algún desnivel de Raphinha y Vinicius.
Brasil no encontró espacios, y apenas sacudió la modorra ofensiva con un gol anulado a Marquinhos por fuera de fuego.
Costa Rica resignó ataque y posesión sintiéndose cómoda en una postura defensiva que fue profundizando con el correr de los minutos.
Ya en el complemento hubo un solo equipo que lo intentó, Brasil, tomando la pelota desde campo propio y llegando hasta tres cuartos, allí donde se topaba con el aglutinamiento rival.
Pese a esto tuvo situaciones claras, algunas evitadas por el arquero Patrick Sequeira, otra devuelta por el poste, tras tremendo remate de Paquetá, y varios tiros imprecisos, como el que Guimarães desvió en el adicionado.
Con Vinicius reemplazado en el complemento, las intermitencias del ingresado Savinho y el debut de Endrick, Brasil transitó con incomodidad una primera presentación en el que voló bajo y sembró algunas dudas, más allá de un rival que no jugó y de haber merecido claramente el gol.