Sáb. Nov 23rd, 2024

Pepe Herrera / Gaceta UNAM

La pérdida de una persona es una de las mayores pruebas que todos los seres humanos podemos enfrentar. Al vivir con la ausencia del ser querido es normal que sintamos tristeza, dolor, depresión y una sensación de vacío al saber que ya no volverá. Por otra parte, la muerte de un animal de compañía también puede provocar desconsuelo, porque muchas veces son considerados casi como un miembro de la familia.

Pero ¿qué ocurre cuando ellos son los que viven el duelo? Aunque algunas personas ignoran que los animales de compañía tienen sentimientos, historias como la de Hachiko, un perro de raza akita que esperó a su dueño en una estación por años después de su muerte, nos han mostrado que ellos también sufren y experimentan el duelo.

Sofía R. Viniegra, profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, mencionó que aunque no podemos saber si los animales de compañía comprenden lo que está sucediendo, pueden sentir cuando una persona o su compañero animal ya ha partido de este mundo. “Hay pocas investigaciones acerca del duelo en animales de compañía y no son tanto de carácter científico, sino filosófico. No obstante, ellos de una u otra manera se pueden percatar que algo o alguien falta, ya sea su tutor o su compañero, y obviamente lo resienten”, dijo.

El modo en que podemos ver que los animales de compañía pudieran estar pasando por una etapa similar al duelo va más por lo conductual. La apatía, la falta de interés para jugar o ir a pasear y los cambios en el apetito y en el patrón de sueño son comportamientos que nos pueden indicar que atraviesan por este proceso. Asimismo, pueden buscar de manera constante al ser perdido o andar permanentemente cerca de sus objetos.

“Sabemos que es posible que los animales de compañía presenten ansiedad ante la separación. Ese mismo escenario podría presentarse en el momento de una pérdida de un humano o utro compañero animal”, agregó la especialista universitaria.

Un trabajo elaborada por investigadores de Nueva Zelanda y Australia encontró que los animales de compañía, cuando pierden a su compañero animal, tienden a revisar los lugares donde éste estaba; además, son mucho más dependientes (exigen cariño constante) y pueden aumentar las vocalizaciones, lloros o aullidos (sobre todo, los gatos).

Rodríguez Viniegra mencionó que, si bien podemos describir una sintomatología general ante la pérdida en los animales de compañía, cada uno vive este proceso de manera particular, tomando en cuenta su carácter, historia de vida y el tipo de relación que tenía con quien murió.

Aunque en los trabajos de investigación sobre el tema, todavía escasos, se habla de que los animales de compañía deben tener un proceso de duelo de uno a tres meses y máximo seis, Rodríguez Viniegra pidió no hacer mucho caso a los estándares, ya que no son producto de un registro adecuado y se basan más en interpretaciones de los autores.

Por otro lado, indicó que el apoyo de los tutores es fundamental cuando un animal experimenta la pérdida de su compañero animal: deberán estar al tanto de su comportamiento, procurar que siga con sus rutinas diarias y proporcionarle más muestras de afecto. Sobre todo, tienen que respetarle esa etapa. “Aunque es un proceso que quisiéramos evitarles, debemos esperar a que sus emociones se vuelvan a acomodar”.

Sin embargo, aclara la especialista, cuando la situación se prolonga por demasiado tiempo, es necesaria la intervención de un médico veterinario especialista en Etología Clínica, quien realizará un examen conductual del animal y determinará el tipo de problema que presenta y la mejor manera de tratarlo.