Héctor U Tello B. / Palestra
Habría que escuchar a los duros del Movimiento: Paco Taibo, Ángel Balderas, Citlalli Hernández, “El Fisgón”, Pedro Miguel, para entender por qué a partir de este momento Morena tiene que entrar en un proceso de recomposición tan necesario, que en ello le viene su futuro.
Durante la dirigencia de Mario Delgado se ganó todo, pero se perdió el Movimiento internamente. Tampoco es que sea un gran logro de Delgado, Morena hubiera ganado con cualquier dirigente porque el peso del mismo se lo da Andrés Manuel. Delgado es una persona de poca confianza por los amarres que hace a motu propio, por eso se le pone en una Secretaria donde no haga daño.
Solo que en esta lógica habría hay señalar como mea culpa de AMLO que autorizó que el Movimiento entrara en un proceso de “política práctica e útil” ya que se tenía que obtener –primeramente la presidencia- y después el llamado Plan C, ya que el A y el B se agotaron. Esa política de práctica útil implicó abrir el Movimiento a verdaderos sátrapas del poder como Velasco, Bartlett, Blanco, Lili Téllez, Germán Martínez, Gallardo, Napoleón Gómez Urrutia, Ricardo Monreal, y muchos más que hoy despacharán como diputados, senadores y alcaldes de Morena.
Se ganó pero se perdió el partido. Se dejó de escuchar la siempre saludable crítica interna porque el objetivo era ganar.
Al cumplirse el objetivo ahora hay que recomponer el partido.
Por eso María Luisa Alcalde será la dirigente, si nos ponemos a pensar un poco es joven pero probada. Es fundadora del Movimiento, una pura digamos que representa la imagen misma de la base.
Alcalde entiende (y lo ha consensuado con AMLO y CS), que el Movimiento entra en un fase de revulsivo en el que tendrá que desprenderse poco a poco de quienes sirvieron para un propósito, pero infectan el Movimiento. Entra en una nueva fase de reconciliación con la base, los de a pie.
Un primer ejemplo palpable de ello serán las elecciones intermedias.
Así lo veo yo, ¿entrará Morena en una recomposición?, will see.