Dom. Nov 24th, 2024

Palestra / San Luis Potosí

Vaya decisión que la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dejó al gobernador Ricardo Gallardo Cardona, luego de su encuentro de ayer en la Ciudad de México, junto con los mandatarios de Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Aguascalientes, Zacatecas y Veracruz.

Y es que les pidió «definir» al menos una obra prioritaria para 2025, pero Gallardo llegó con proyectos bajo el brazo por 14 mil millones de pesos.

La renovación del Hospital General de Ciudad Valles, la supercarretera Valles-Tampico, la ampliación del aeropuerto de Tamuín y el segundo piso de la carretera 57, en la capital potosina, son las obras planteadas por el jefe absoluto del PVEM.

La resolución se antoja difícil, pero es una oportunidad para que Gallardo y sus estrategas arrastren el lápiz y consigan los máximos beneficios para la entidad en el primer año de gobierno de Sheinbaum, que coincidirá con el cuarto del mandatario potosino. Cualquiera de esas obras será de largo aliento y llevará, como mínimo, el resto de su sexenio, sobre todo si se decanta por el segundo piso que requerirá carretadas de dinero, pero también contaría con la simpatía de la morenista que estuvo a cargo de las vías elevadas que luce la gran CDMX en Periférico cuando fue secretaria de Medio Ambiente con AMLO que era el Jefe de Gobierno.

Ricardo Gallardo.- Una obra.

Pian pianito, el chilango Héctor Serrano logró colarse hasta la coordinación del PVEM, y de paso del PT, para la próxima Legislatura, luego que hace tres años se las vio en «chino» para llegar a esa posición, a la par que su jefe político, Ricardo Gallardo, se hacía con el Poder Ejecutivo.

Serrano se ha convertido en un hombre de todas las confianzas del gobernador de San Luis Potosí, desde que formaban parte de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, hasta que la suerte cambió para ambos cuando pactaron con Mario Delgado, todavía presidente de Morena y próximo titular de la SEP, unirse a la 4T.

Hoy, SLP se ha consolidado como aliado de Morena a nivel nacional -en lo local siguen a la greña- y Serrano, quien llegó precedido de muy mala fama, ganada a pulso por sus actuaciones cuando estaba en la política de la CDMX, está que no cree en nadie, arropado por el gobernador, luego de trabajar como hormiga con perfil bajo y de forma eficiente en estos años.

Sin ser adivinos, el Congreso del Estado cobrará un nuevo cariz político con Serrano al frente -es probable que presida la Jucupo-, porque se distingue por ser un personaje con mucha experiencia y, aunque al igual que José Luis «Chiquis» Fernández es leal a Gallardo, parece tener mayor derecho de picaporte y más autonomía, por lo que se espera que aminoren las pifias tipo Villa de Pozos.

Héctor Serrano.- Hombre fuerte.

Con una buena dotación de recursos públicos a su alcance, se espera que pronto el alcalde Enrique Galindo tome definiciones sobre lo que será su carrera política rumbo a las elecciones de 2027 que más que un sueño, se han convertido en obsesión para ser gobernador de San Luis Potosí.

Serán tres años intensos, en los que sus adversarios -léase el gallardismo- no le dejarán el camino libre ni liso, por lo que las decisiones que tome de cara a la conformación de su Gabinete y proyectos nuevos para el progreso de la capital potosina, serán vitales.

Su programa estrella, Vialidades Potosinas, aún tiene aire, pero no puede ser su eterna bandera; el tema del agua parece mantenerse como su principal reto y la seguridad pública, aunque bajo control, es otra asignatura pendiente. De ahí en fuera, los demás problemas no serán un obstáculo.

El objetivo será darse a conocer y convencer al electorado a nivel estatal, por lo que habrá que estar atentos al desvío de recursos públicos, sobre todo en los territorios que gobiernan PRI y PAN, donde seguramente empezará con sus políticas en lo oscurito.

Enrique Galindo.- A convencer.