Héctor U Tello B. / Palestra
¿Qué esperaban Dresser, Castañeda y Aguilar Camín, que Televisa, esa noble e impoluta empresa los “respetara” por su valiosa existencia?
Al final, ellos sirvieron para el propósito de hacer negocio en una “política de apertura de ideas y democracia” contra Andrés Manuel, pero ahora cuando bajaron el raiting ya no sirven para el propósito con el que fueron creados como un producto televisivo.
Aparte, hay que adecuar el modelo de negocio para Claudia Sheinbaum.
Que nadie se sorprenda así ha sido siempre: los grandes corporativos mediáticos de México y el mundo han hecho política y negocio a través de la extorsión que les ofrece el periodismo. Por cierto, en Televisa han creado unos verdaderos gánsteres de la pluma: Loret, Zuckerman, López Dóriga, Brozo.
La democracia no importa, importa el modelo de negocio. Estos tres y los otros tres ilustres “corridos” ya no son parte del modelo de negocio que tenían como público meta los progres y el despertar del pueblo de este país, y no, no ayudaron a ganar a Xóchitl.
Jorge Castañeda, ése que con sus sabios consejos casi hizo a Xóchitl ganadora de las elecciones, fue más allá sin decir la cosas directamente, tal cual, un hipócrita y seudo intelectual con micrófono. Dijo que la presión “pudo venir de más arriba.”
Como si este nuevo régimen no sobrevivió 6 años sin Televisa.
Dresser, Castañeda y Aguilar Camín deberían reunirse a beber café o algo más fuerte de vez en cuando, anécdotas les sobrarán. De repente, por qué no, sacar de la demencia senil auto-voluntaria a Krauze e invitarle.
Ya los veo, palmeándose los hombros como hombres y mujeres que han prestado un gran servicio a la patria chica, su patria pequeña.