Palestra / Ciudad de México
El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la pausa política del Gobierno de México con España se debe a un principio de respeto a los pueblos originarios del país que sufrieron la represión, transgresión y exterminio durante la invasión española en 1521 y durante la época de la Colonia.
“Esto no es un asunto personal, esto es un asunto que tiene que ver con el respeto a los pueblos”, acotó el mandatario al encabezar la conferencia de prensa matutina.
Respaldó que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, tomó la decisión de declinar la invitación a Felipe VI, Rey de España, a la Ceremonia de Transmisión del Poder Ejecutivo Federal el próximo 1 de octubre debido a que no respondió a la carta enviada por el presidente López Obrador el 1 de marzo de 2019, en la que proponía un reconocimiento bilateral de los agravios causados a las comunidades indígenas y de esta manera comenzar una etapa de respeto y reconciliación histórica.
“Yo apoyo a la presidenta, a nuestra presidenta en esa decisión y sí, efecto, es dejar de manifiesto que México ya no es una colonia de ningún país extranjero y que se debe de respetar a México. Estaban muy malacostumbrados porque durante el periodo neoliberal venían a hacer su agosto desde España, me refiero a las élites, no al pueblo español. Ya lo he dicho muchas veces, el pueblo español es un pueblo trabajador, es un pueblo hermano, pero las élites políticas, económicas, veían a México como tierra de conquista”, abundó.
El jefe del Ejecutivo puntualizó que la relación México-España continúa, “nada más hubo pausa en lo relacionado con lo político, porque esto no tiene nada que ver, repito, con los pueblos, con la relación de cooperación económica, con la cultura, con la hermandad que existe con el pueblo español. Ese es un asunto de la prepotencia y del conservadurismo. Ya lo demás es secundario”.
Ante representantes de medios de comunicación presentó la carta que envió en 2019 al rey de España, de la que destacó:
«El Gobierno de México propone a Su Majestad que se trabaje a la brevedad, y en forma bilateral, en una hoja de ruta para lograr el objetivo de realizar en 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel; que el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común, a fin de iniciar en nuestras relaciones una nueva etapa plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico los cauces para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal».
El documento señala de manera respetuosa que el Estado mexicano no pide resarcimiento de índole económico ni tiene el propósito de proceder legalmente por los daños causados y, en cambio, México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por las ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan.
«Me alienta el propósito de superar en forma definitiva los desencuentros, los rencores, las culpas y los reproches que la Historia ha colocado entre los pueblos de España y de México, sin ignorar ni omitir las ilegalidades y los crímenes que los provocaron», puntualiza el mandatario en la misiva.
Como parte de los compromisos, el Gobierno de la Cuarta Transformación impulsó los planes de justicia con pueblos originarios que revierten los daños provocados durante el periodo colonial y las primeras décadas del siglo XX en la dictadura de Porfirio Díaz.