Héctor U Tello B. / Palestra
La frase es lapidaria. La pronunció Claudia Sheinbaum el martes, después de la amenaza de Trump de subir aranceles.
Da risa que haya mexicanos que se mofen de que Trump hará ver chiquita a Claudia y que celebren que su presidenta puede ser ninguneada.
Así, como ninguneado e insignificantes fueron Fox, Calderón y no se diga Peña.
Es increíble pensar que hay quienes piensan que el coeficiente intelectual de Xóchitl le iba a dar para ponerse en altura de miras. Por favor, con Xóchitl estaríamos cayéndonos de vergüenza y franca indignación por tales vituperios en contra de México.
Claudia ha decidido poner las cosas en su lugar y está bien.
No, no es que estemos al nivel de EUA, pero somos su socio comercial número 1, y éso hace que nos tengamos que poner a discutir en otros términos.
No, con los «buena ondita» e hipócritas canadienses no. A éstos, deberíamos estar cobrándoles su burda ambición desmedida, nula retribución a nuestro país y la descarada devastación ambiental y social que han provocado sus mineras.
Urge un impuesto a la minería más real, de acuerdo al promedio de la OCDE. Los gobiernos neoliberales dejaron entrar a estos depredadores del medio ambiente y encima con tasas de risa.
La otra frase de Claudia también es de advertencia: «a un arancel suyo vendrá uno nuestro y así pondremos en riesgo nuestras empresas».
La elevación de aranceles solo joderá a los consumidores de ambos países.
Trump es el símbolo del garrote y la zanahoria. Quiere negociar amenazando o provocando.
Pero por lo pronto no encontró una presidenta mexicana blandita.
A mí sí representa esa posición mexicana.