Palestra / La Ratonera
Dice el refrán que «no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista» y ese parece ser el caso para San Luis Potosí, luego del anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum, ayer, en cuanto a la revisión del contrato con El Realito para que el Gobierno del Estado pueda hacerse cargo de la distribución del agua desde la presa localizada en el estado vecino de Guanajuato.
«Es un abuso ese contrato, ya se pagó, se repagó y se requetepagó (e) hicieron mal la obra; entonces, ya estamos trabajando en eso, nos está ayudando el Gobierno de SLP y Banobras», expresó la mandataria en su Conferencia del Pueblo. Poco después, el gobernador Ricardo Gallardo confirmó la noticia del próximo rompimiento con la empresa Aquos.
Será complicado, porque la compañía española no va a dejar ir este jugoso negocio de la noche a la mañana, pero Sheinbaum está dispuesta a ir a fondo, inclusive en lo legal, pero dijo que prefiere llegar a un buen acuerdo para evitar un conflicto jurídico que puede tardar años en resolverse, con el consabido sacrificio para las familias potosinas que no terminan de recibir agua de manera regular y eso que es un derecho humano consagrado en la Constitución Política Mexicana.
La decisión de la presidenta es clave para resolver este entuerto cometido contra la capital de San Luis Potosí, ya que el expresidente Andrés Manuel López Obrador nunca le tomó importancia, a pesar que Gallardo se lo hizo ver varias veces, inclusive en público, como queda de manifiesto en ese famoso video donde prefirió atender el tema a gritos y sombrerazos, en vez de resolver como era debido el problema.

Ahora sí que, literalmente, el alcalde Enrique Galindo se lavó las manos.
Y es que por la polémica desatada por la CEA, que acusó al edil de contaminar el Lago Mayor del parque Tangamanga I con un supuesto drenaje que llega directamente a ese cuerpo de agua debido a la construcción de un paso vehicular a desnivel en la avenida Himalaya, el expriista decidió hacer un recorrido y contar su propia versión, en un video.
Para empezar, aclaró que no hay tal obra, sino un desagüe pluvial que no llega al Lago Mayor, sino a un arroyo que cruza Himalaya. En el lugar, Galindo aseguró que el líquido que corre por ahí «no huele» y, además, tuvo el arresto de enjuagarse las manos para demostrar, según él, que ni siquiera está contaminada.
La verdad el recorrido estuvo de risa, pero más allá del «show», si lo que dijo Galindo es cierto, la CEA de Gabino Manzo Castrejón y hasta la Seduvop a cargo de Isabel Leticia Vargas Tinajero, quedan como instituciones mentirosas que sólo grillan al ayuntamiento capitalino, porque han asegurado oficialmente que hay «descargas de aguas negras». Pero, aunque las manos de Galindo no terminaron sucias, según se vio en la grabación, dudamos mucho que luego se haya comido unos tacos, lo que hubiera sido legendario.

Por desgracia, San Luis Potosí no está exento de fosas clandestinas, aunque no se ha llegado al nivel criminal del rancho jalisciente Flor de María en Tihuatlán.
Loable ha sido el trabajo realizado desde hace muchos años por el colectivo ‘Voz y Dignidad por los Nuestros’, a cargo de su fundadora Edith Pérez Rodríguez, quien en semanas recientes declaró la no localización de 335 personas víctimas de desaparición tan sólo en 2024.
Recientemente, las madres buscadoras, apoyadas por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, encontraron un sitio de exterminio en Rioverde, concretamente en la localidad de Agua Dulce, con al menos 16 fosas, donde la mayoría tiene restos óseos.
Ese descubrimiento ha sido el más macabro del año, pero no se descarta que pueda haber más, ya que en las cuatro regiones del estado, con sus particularidades, siguen brotando los restos humanos.
