Lun. May 20th, 2024

Armando Calderón / Palestra

El llamado, casi desesperado, que hizo el Consejo Estatal de Morena a su similar nacional y a la coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, para no ir en coalición con el PVEM del gobernador Ricardo Gallardo Cardona en las elecciones de 2024, se entendería si tuviera una presencia fuerte, pero la cruda realidad es que no es así.

La recién llegada Rita Ozalia Rodríguez Velázquez a la dirigencia de Morena, no parece haber hecho gran cosa para ganar adeptos entre las masas de votantes, desde que, apoyada por la titular de la SSPC, su hermana Rosa Icela Rodríguez Velázquez, asumió el cargo. Morena no pesa en San Luis Potosí.

El reaccionario empresario Gerardo Sánchez Zumaya, quien apareció «milagrosamente» en los últimos días para atacar a Gallardo, a base de insultos que no hacen nada bien a la buena política que requiere el país, es la muestra fehaciente del bajo calibre que podría tener el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador en las candidaturas locales.

Además, las encuestas colocan al Verde mejor posicionado para ganar espacios en las Cámaras de Diputados y de Senadores.

Todo pasará por el acuerdo que logre el presidente nacional del partido, Mario Delgado, con Gallardo, como sucedió en los comicios de 2021. Y no se ve que haya algún ánimo en esas instancias de romper con el gobernador, sobre todo porque Gallardo ha sabido ganarse las simpatías del presidente López Obrador y de la propia Sheinbaum, virtual candidata presidencial, puntera de las encuestas y poseedora del bastón de mando de la 4T.

Tal parece que Morena, lo que pretende, es algo similar a lo que exhibieron PAN y PRI hace unos días en el caso Coahuila, la mayor repartición de «huesos» que se pueda para sus colores, sabedores que el partido guinda saldrá vencedor en las urnas y llevará a Sheinbaum a Palacio Nacional o donde sea que decida finalmente como su residencia oficial, ya que por el momento la aspirante de enfrente, Xóchitl Gálvez, está cantada como perdedora.

Pero, las elecciones locales son otra cosa y la creciente popularidad de Gallardo, amén de la gran cantidad de alcaldías que posee, jugarán en contra de cualquier intentona de arrebarte el poder. Eso no sucederá en 2024, sobre todo porque Morena no tiene en el panorama candidaturas fuertes. Tal vez una de ellas sea el ex delegado de la Secretaría de Bienestar, Gabino Morales Mendoza, pero de ahí en fuera, se ve algo menguada la baraja de aspirantes.

Sería bueno que Rita Ozalia Rodríguez argumentara cómo piensa acarrear votos a Sheinbaum, en caso de evitar a Gallardo. Obviamente, el gobernador hará lo necesario para darle los sufragios suficientes a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pero guardará para sí el paquete necesario, con voto diferenciado, para ganar las curules y escaños que necesite el PVEM en el Congreso de la Unión.

Gallardo sabe que el pacto deberá lograrlo en la cúpula, básicamente con Sheinbaum y Delgado, porque además a San Luis Potosí no le conviene dejar la alianza con la Cuarta Transformación. Si bien con AMLO no han avanzado las obras federales como se quisiera, lo más importante es que el mandatario está contento con Gallardo. De no ser así, no lo defendería en sus conferencias mañaneras que, como sabemos, son el principal juzgado político del país. Tener de adversario a AMLO o a Sheinbaum, sería un desastre para Gallardo, así que las obras pasan a segundo plano, mientras haya tranquilidad política.