Lun. May 20th, 2024

Armando Calderón / Palestra

La súbita reaparición del exgobernador panista Marcelo de los Santos, para dar su apoyo por la reelección al priista Enrique Galindo en la capital del estado, es la primera jugada importante que realiza el alcalde para empezar a mover las fichas políticas a su favor dentro del frente conformado por PAN, PRI y el partido de adorno PRD.

¿Quién sigue?, ¿Octavio Pedroza?

Básicamente lo que dijo De los Santos es que Galindo es la mejor opción que tiene el PRIAN para mantener el poder en San Luis Potosí, algo que, visto con objetividad, no tiene nada de descabellado, ya que en este momento nadie despunta para el puesto. La única persona que estaba a la altura de Galindo era la ex panista Sonia Mendoza, quien abandonó las filas blanquiazules y hoy es legisladora federal por el PVEM.

En la casa de enfrente, ni cosquillas hizo el destape del ex alcalde de Soledad de Graciano Sánchez, Gilberto Hernández Villafuerte. El hoy diputado federal del partido del tucán, no parece haber hecho ninguna clase de trabajo político importante para llamar la atención del electorado capitalino, excepto hacerse presente en los eventos del gobernador Ricardo Gallardo… y eso no es suficiente.

La carta fuerte del gallardismo no ha sido destapada, enfrascado en las negociaciones para las coaliciones que este miércoles deberán quedar registradas ante el Ceepac. Entonces se sabrá el futuro que le depara al Verde en lo local con las candidaturas a las alcaldías y las diputaciones al Congreso del Estado, con énfasis en tener a Morena como adversario electoral.

Siempre se dijo que el aspirante principal sería Juan Carlos Valladares, el secretario de Desarrollo Económico, como parte de los acuerdos políticos tomados con Gallardo que, en primera instancia, implicó sumarse a su Gabinete y en segunda, ser el posible candidato a Palacio Municipal. Su problema es que depende de la fama de su apellido, porque su cartera no es lucidora.

La Sedeco no es la Sedesore, la JEC, la SEGE, la CEA y otras dependencias del Gobierno del Estado que son más apantallantes para la gente. Se trata de una secretaría muy importante, cuya función principal es la atracción de inversiones para San Luis Potosí, un tema que parece tener al estado en una buena posición nacional, solo que traducir esos logros a los votantes es difícil.

De esta forma, Galindo parece tener el camino libre hacia la revalidación de su candidatura y ser competitivo en las urnas. De ahí que la elección del candidato o candidata del Verde para la capital -¿Sonia Mendoza, Ruth González?- sea una decisión que competa a Gallardo, quien tiene el pulso suficiente para hacerle frente a Galindo.

El pequeño detalle es que Galindo deberá apoyarse en los mismos «cartuchos quemados» del PAN y el PRI para hacerse publicidad política. Lo mismo que le pasa a Xóchitl Gálvez a nivel nacional. A diferencia de la hidalguense, Galindo no tiene a un Vicente Fox que diga burradas en X o a un locuaz como Marko Cortés, pero sí a De los Santos, un político que no salió con buena imagen del gobierno estatal, tras el escandaloso préstamo de mil 500 millones de pesos que, según Gallardo, hoy todavía son una pesada losa para su administración, sin saberse a ciencia cierta en qué fueron invertidos o malgastados.

Por otro lado, dados los acuerdos en lo oscurito que tanto gustan a los partidos que lo respaldan, habrá que esperar el pergamino que dé a conocer el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, en sus redes sociales: alcaldía para el PAN, tantas diputaciones para el PRI, tales puestos en el gobierno capitalino y el agandalle en otros espacios. Es capaz que sí.

Pero fuera de broma -por así decirlo-, se ve difícil que el PAN ceda esta candidatura, la más fuerte de las próximas elecciones, ya que es el instituto político que más votos aportará a la alianza. Al no estar la gubernatura en juego, el PAN lleva mano en la alcaldía, de ahí la reyerta interna por someter a Galindo a un proceso que podría desgastarlo si no convence, pero sobre todo, deberá abrir más espacios de la administración al panismo, las que ya sabemos: donde hay billete, donde hay negocio.

Bueno, es lo que ya dejó en claro Markito, con su autoexhibida del caso Coahuila.

¿Será panista el que quede al frente del ayuntamiento ahora que Galindo pida licencia al cargo para contender?

Y para colmo: Alito Moreno, su dirigente del PRI, no ha saltado a escena.

Galindo va que vuela para ser rehén de la «maldita herencia».