Palestra / La Ratonera
Ahora que Andrés Manuel López Beltrán está de moda, potosinos que quieran ser candidatos de Morena en 2027, bien harían en comenzar a sacarse la foto con el hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Como Secretario de Organización del partido en el poder federal, ‘Andy’ López Beltrán, como es mejor conocido, tiene una proyección política impresionante, con el objetivo de empezar a construir su figura pública para contender, se dice, por la Jefatura de Gobierno de la CDMX en 2030 y luego dar el salto a la Presidencia de la República en 2036.
Al menos es la versión de los futuristas políticos, pero una cosa es cierta: López Beltrán entró fuerte en Morena, luego de estar 10 años con un trabajo hormiga en el partido-movimiento y ahora, con el pretexto de la credencialización de militantes, se ha tomado la foto con las figuras más prominentes. La más reciente, como se sabe, en pleno Zócalo, lo que provocó el supuesto descuido de no ver cuando la presidenta Claudia Sheinbaum se aproximaba al propio Andy, Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Luisa María Alcalde y Manuel Velasco, el amigo verde del gobernador Ricardo Gallardo.
Uno de los más interesados en posar debería ser el alcalde Enrique Galindo, hoy sin partido, porque será Andy López y no la presidenta estatal Rita Ozalia Rodríguez -con quien al parecer no tiene una relación amistosa-, quien diga quién será el candidato a gobernador, a menos que la primera mandataria indique otra cosa, ya que el joven político sí la respeta y para muestra, lo que dijo cuando tomó posesión del cargo partidista, en el sentido de que el cambio generacional del que habló su padre, estaba representado por Sheinbaum, «y que quede claro».

No está mal que el alcalde Enrique Galindo quiera perforar más pozos, entre cuatro y cinco según declaró, para con ese abasto de agua ya no depender de la presa guanajuatense El Realito, que se ha convertido en el robo del siglo en San Luis Potosí.
El problema, como siempre, es que los mantos acuíferos, ya de por sí sobreexplotados, no generan más agua de la que se necesita y como cada vez se sustrae a mayor profundidad -hasta 500 o 600 metros-, tiene sedimentos que inclusive pueden llegar a ser venenosos para el consumo humano, como han demostrado estudios de la UASLP.
Galindo sólo quiere hacer perforaciones hidráulicas, pero nunca se ha preocupado por generar agua al subsuelo con obras que lo permitan ni tampoco ha reforestado la capital, porque su principal programa, Vialidades Potosinas, sólo contempla llenar de cemento las calles, sin acompañarlo de más árboles, captación de lluvia y otras acciones relevantes para nutrir las profundidades de la tierra.
Sostiene que el gobierno federal apoyará esta iniciativa, como sucedió el año pasado, pero también está otro dilema sin resolver, ¿qué pasará si logra la autonomía acuática, ya no se le pagará ni un quinto a Aquos El Realito?

La Procesión del Silencio, para acabar pronto, se ha convertido en un negocio, como sucede con muchas actividades de la religión católica.
Emblema tradicional potosino del Viernes Santo, nació en San Luis Potosí en 1953 por la devoción a la Virgen de Soledad y el recorrido, en afonía, abarca el Centro Histórico que, año con año, se llena del misticismo con raigambre en Sevilla, España.
El caso es que, conforme avanza el tiempo, es necesario solventar los gastos de la procesión y los organizadores, Tradiciones Potosinas, tuvieron la brillante idea de rentar las sillas, esta vez cuatro mil, en precios que pueden llegar hasta los 270 pesos.
Es casi, casi, el costo de los boletos del Atlético San Luis, aunque debe reconocerse que el espectáculo de la sucesión es mayor al que ofrece el equipo de futbol de la Liga MX, que anda dando tumbos.
